De Lahiguera a Madrid
Doble lectura tiene la moción de censura consumada en el municipio de La Campiña: la ruptura de las relaciones de IU y el PSOE y la guerra interna abierta entre las direcciones socialistas
Madrid es, últimamente, la solución de todos los problemas que tiene Jaén. No hay tren que llegue a tiempo desde esta tierra a la capital de España, pero nos las ingeniamos los jiennenses para que lo importante atraviese Despeñaperros a la velocidad de la luz y con certificado de entrega. Ocurrió con el grado de Ingeniería Biomédica, obstruido en la Agencia para la Calidad Científica y Universitaria, adscrita a la Junta de Andalucía, y desatascado por el Consejo de Universidades, dependiente del Gobierno central. El parecido es nada razonable con lo que viene ahora, pero también será Madrid el remedio de un mal en el que está claro que alguien falló y otros mantuvieron el error. Hay que viajar hasta Lahiguera para entender lo que ocurre en un Ayuntamiento que tiene a los vecinos prácticamente divididos. Una moción de censura entre el Partido Socialista y dos concejales del grupo de los no adscritos lleva hasta la escenificación del rumor de las desavenencias encubiertas, hasta ahora, entre la dirección regional socialista que lidera María Jesús Montero y la provincial de Juan Latorre. El Comité Nacional de Garantías tendrá que decidir si hay que expulsar a los tres ediles que arrebataron la Alcaldía a Izquierda Unida en este municipio tranquilo de La Campiña, o no. Otra vez Madrid.
La historia comenzó en las últimas elecciones municipales, cuando Francisca Paula Calero consiguió llegar a la Alcaldía con cuatro escaños y un gobierno en minoría. Las desavenencias con dos de sus compañeros, Juan Mercado y Pedro Fernández, terminaron con la retirada de competencias y la dimisión de los dos que, desde el martes pasado, forman parte del equipo de Gobierno. El Partido Socialista, con tres ediles en la oposición, aprovechó que el Pisuerga pasaba por Valladolid y, amparado en una sentencia del Tribunal Constitucional, dio por válido el argumento de la legalidad e hizo caso omiso al Pacto Antitransfuguismo, reducido, desde el 10 de junio, a una cuestión de moralidad. La flexibilidad de la norma dio alas para volar a los cinco vecinos que decidieron sellar una alianza y arrebatar el poder a quienes mantenían la gobernabilidad municipal, Francisca Paula Calero y Rafael Garrido. Hay una doble lectura de todo lo acontecido en algo que traspasa las fronteras de Lahiguera. Por una parte, Izquierda Unida da por rotas las negociaciones con el Partido Socialista en la provincia con un mal precedente que estampa una seria amenaza, porque la dirección provincial puede hacer todo lo que esté en su mano en aquellos municipios en los que, por acción u omisión, gobierna la derecha: Huelma, Villatorres, Torredonjimeno y Jódar. También está el apoyo puntual a Baños de la Encina, harina de otro costal... Por otra parte, la consumada moción de censura abre una guerra interna, externalizada con un comunicado de prensa de la ejecutiva regional, después de vanos intentos para frenar la maniobra sin trascendencia mediática. Los de María Jesús Montero piden dar ejemplo con la expulsión de los ediles de su cuerda por romper con el “Pacto Antitransguismo”. No quiso el secretario general del PSOE de Jaén, Juan Latorre, dejar en mal lugar al secretario de Organización, Víctor Torres, después de haber hecho acto de presencia en La Campiña y orquestar una alianza rubricada después en un pleno extraordinario. La tensión generada entre las dos caras de una misma moneda se resolverá, finalmente, en el Comité Nacional de Garantías, que tendrá que decidir quién acierta y quién se equivoca. Está claro que Madrid cura todos los males y Jaén, sin embargo, no para de padecer.
¿Presentará candidatura Jaén Merece Más a las autonómicas?
Hay quien ya tiene la mano levantada para aspirar a ser el cabeza de lista a las próximas elecciones autonómicas en Andalucía, previstas para 2026 y, posiblemente, con unos meses de adelanto. Sin embargo, no todos los que forman parte del núcleo duro de Jaén Merece Más están de acuerdo con jugar esa carta. Ahí está la cuestión en este momento, porque unos piensan que el Parlamento, junto con el Congreso de los Diputados, es la verdadera batalla que se debe librar, por aquello de estar en el lugar en el que se reparten las inversiones es lo que verdaderamente merece la pena si el objetivo está en barrer para casa. Otros, no obstante, están convencidos de que es mejor no jugar con fuego cuando el ambiente está que echa chispas, sobre todo porque si se quema el barco será más complicado empezar de nuevo para navegar hacia el destino de las siguientes citas con las urnas. Mientras tanto, la mirada sigue puesta en los ayuntamientos jiennenses en los que lograron representación, Jaén, Santiago-Pontones, Baeza y Santisteban del Puerto y siguen los fichajes en otros cuantos municipios más con vistas a las elecciones municipales de 2027, que parecen lejanas, pero que este otoño marcará la cuenta hacia atrás.
EN CORTO. El Partido Popular no moverá ficha
Hay municipios en los que el Partido Popular de Jaén puede hacer como hizo, esta semana, el Partido Socialista en Lahiguera: mover ficha. Sin embargo, su presidente provincial, Erik Domínguez, no está por la labor desde este momento hasta el final de la legislatura. Al menos esta es la radiografía del hoy, porque ya se sabe que, en política, todo puede cambiar en lo que dura un suspiro. Sin embargo, el aviso a navegantes se ciñe en el pueblo de La Campiña —también— en el que hay más opciones de dar la vuelta a la tortilla en el signo que gobierna en el Ayuntamiento. Se trata de Lopera. Puede respirar tranquila la alcaldesa, Carmen Torres Bellido, que nadie le arrebatará el bastón de mando, al menos sin pasar por la lección de las urnas.