Un inmenso y sentido gracias

Debemos dar las gracias y lo hacemos cargados de satisfacción y orgullosos de tenerles al lado, no hay nada en la vida que supere el sentimiento de sentirse tan unidos a una sociedad como lo hace este periódico que hoy tienen en sus manos, igual que todos los días que antecedieron a sus ochenta años de compartir todo lo bueno que atesora Jaén y, a veces, también lo menos bueno, ley de vida que no esconde la vitalidad del camino compartido. Gracias, un inmenso y sentido gracias, aderezado con un aplauso enorme a quienes desde el convencimiento y la valentía, el trabajo y la pasión, las ganas y la perseverancia hacen grande a su tierra. Sin esperar más que la satisfacción personal de ver crecer a los suyos orgullosos de su tierra, con la prudencia de trabajar y trabajar y trabajar y no molestar, los jiennenses de buen corazón se merecen lo mejor.

Por corazón y por la propia alma que atesoran, cargada de esos valores que una trayectoria de 36 años emerge cada otoño en los Jiennenses del Año, unos premios con vocación solidaria porque comparten esos valores que hacen grande el nombre de Jaén y son capaces de expandir el orgullo y la alegría de sentirse ciudadanos del mundo pero con raíces jaeneras, la buena savia del viejo Santo Reino resignado y trabajador que no mira más que el mañana y nada más que hacer el bien. Quienes ahora forjamos este periódico miramos hacia atrás y aplaudimos a todos cuantos aquí trabajaron hasta las tantas para sacar adelante la propia actualidad de una tierra deseosa y rica y también necesitada. Quienes este año han sido elegidos Jiennenses del Año por un jurado paritario y libre representativo de la sociedad civil de esta tierra, sus pueblos y ciudades, sus colectivos y asociaciones, colegios profesionales y entidades vienen a confirmar que el futuro será esplendoroso si nos fijamos en su ejemplo, una clara determinación la de estos hombres y mujeres que supone un aldabonazo a la conciencia para seguir adelante aunque tropecemos; cuantas veces sea, siempre hay que levantarse.