Tiempo de Carnaval, calle, calle...
No hay nada que irradie más felicidad que no tener miedo al ridículo y compartir las gamberradas de disfrazarse de lo que nadie imagina > El Carnaval de Jaén y de pueblos señeros es de un empaque y una chispa fuera de lo común > Venga, todos a pintarrajearse
Hasta que llegue la Cuaresma y el recogimiento con el Miércoles de Ceniza (5 de marzo) vamos a echarnos a la calle, aunque llueva, sigamos fieles a una tradición recuperada de las catacumbas de otros tiempos y que sobrepone en un ejercicio fascinante de comunidad la alegría al recogimiento. Es tiempo de Carnaval en toda la provincia y con escenarios clásicos de un vigor y una chispa descomunales, a ellos nos apegamos conectando esa gracia de las comparsas y chirigotas con la estampida de unas calles llenas de mujeres, hombres y niños y niñas disfrazadas, dejando en casa la vergüenza del qué dirán, ahuyentando ese miedo al ridículo que nos inculcan a machacamartillo desde que casi nacemos. Hay que olvidarse de todo, hasta de los aranceles de Trump y sus escupitajos de emperador, y salir a divertirse con la excusa del Carnaval.
No es invento de ahora, que lo es de siempre, no se trata de una forma de enfrentarse a la vida para apaciguar los problemas del momento que nos ha tocado vivir, con medio mundo en guerra y el otro medio mundo mirando para otro lado. Que no, todo lo contrario, viene en lo más profundo de nuestro ser, tan picaresco y tan español, locuaz y pendenciero, divertido y bocazas, charlatanes con música adosada que no le temen ni al dinero ni al poder ni a la nada, como mismamente es el Carnaval en la Andalucía de luz radiante y gargantas chispeantes. Esto escribía del Carnaval un escritor del Siglo de Oro español llamado Gaspar Lucas Hidalgo: “¡Qué de gritos por las calles,/qué de burlas, qué de tretas,/ qué de harina por el rostro,/ ¡Qué de mazas que se cuelgan;/ trapos, chapines, pellejos,/ estopas, cuernos, braguetas,/ sogas, papeles, andrajos,/ zapatos y escobas viejas!/ y con ser tan grande el frío,/ la gente se abrasa y quema/ en un fuego que jamás/ miró Nero de Tarpeya”. Esa clásica definición que dice que la mujer se viste de hombre, y el hombre se viste de hembra, enloquece ahora con los chinos a mano, un uso que deja en desuso la tradicional maquinaria de la imaginación para salir a la calle disfrazados sin ser descubiertos.

Asumió la dirección de la Unión de Pequeños Agricultores de Jaén en un momento de desazón tras los acontecimientos de indignidad que Madrid y su dignísimo líder, Lorenzo Ramos, cortaron de raíz pese a una serie de presiones que nada tenían que ver con la organización. Cristóbal Cano serenó el sindicato agrícola, asumió el volante andaluz también y ahora lo hace con la dirección nacional. Nunca antes un jiennense había estado al frente de una organización tan importante, Cano se lo ha ganado con creces.
Está limpio José Luis Munuera, la Federación Española de Fútbol lo deja exento de toda incompatibilidad para ejercer el arbitraje porque sus negocios no colisionan, así lo ha dictaminado su Comité Ético. Pero el daño ya está hecho y arbitrará en contadas ocasiones y nunca más al Real Madrid, quien puso el ventilador en marcha contra el árbitro jiennense tras amonestar a Ancelotti y expulsar a Belingham. Hasta “le han inventado” un mural de Messi en su casa, las “fake news” con todo su poder y veneno.
Donald Trump, de nuevo presidente de EE UU: “Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo que ha estado enojado, violento y totalmente impredecible”.
> ¡Y Ucrania se la reparte con Rusia!
Domingo Juan Gómez, quiosquero de Úbeda: “No tengo clientes, son amigos, echaré de menos el trato diario con ellos”.
> ¡Gracias a un hombre bueno, serio y legal a carta cabal!
Depy Vogiatzi, profesora italiana: “Estoy ilusionada, me encanta el pueblo, el colegio Jesús del Llano y la gente de Baños de la Encina”.
> ¡Experiencias que engrandecen siempre!
> Se ha jurado a sí misma que no hay nuevos tiempos, que sus enemigos son los mismos y que a poco que pueda, venganza.
> Ha desconectado tanto tras la jubilación que ya es que ni pisa Jaén siendo lo que era antes de llegar al júbilo.