Solidaridad, cercanía, colaboración, civismo

Resurja de este caos e incertidumbre la condición humana, aquella que nos hace hombres y mujeres fuertes y de cuya integridad moral emana siempre la ayuda a los más necesitados >> Seamos ciudadanos, no pongamos en riesgo a nadie

22 mar 2020 / 10:52 H.

Hay días en los que uno se siente más reconfortado que nunca por tener la profesión que tiene, asume riesgos, que trabajar y rular por Jaén los tiene aunque la pandemia parece aquí controlada y no se nos ha ido de las manos, afortunadamente, y si a eso se le suman los miedos por la familia y su salud, entenderán que un periodista se vuelva humano, aunque, conste también, siempre debiera serlo, pero el caso que nos ocupa es la grandísima alegría por estar en contacto permanente con ustedes, no haber dejado un solo día de ofrecerles esta ventana de realidad cruel, cierto, pero con un horizonte de información sin fin con el que nos apostamos un grupo de periodistas al que ustedes de sobra conocen y cuyo fin primero y último es el servicio a la sociedad a la que nos dirigimos. En las buenas, en las malas y en las peores.

Ahora estamos viviendo unos tiempos completamente convulsos y es curioso, no ha sido un terremoto traicionero ni una tormenta caída del cielo como si no hubiera mañana quien nos ha dejado así. Es un virus, algo invisible a nuestros ojos y quizá por eso no le hemos hecho caso, más aún teniendo en cuenta que China no está tan lejos en un mundo intercomunicado y que Italia lo tenemos más que cerca y va por delante de nosotros en lamento. Pero no, no nos lo creíamos y aquí estamos, con lo peor aún por llegar y con las autoridades reclamando confinamiento, que tampoco en esto estamos siendo justos con nosotros mismos y lo que es peor, con el vecino, que nuestro mal no tiene porqué soportarlo nadie... Ahora más que nunca se hace presente como primordial la labor informativa de los medios de comunicación y ahora más que nunca es cuando además de informar y entretener debemos asumir ese rol de conquistar un presente desde la responsabilidad compartida. Esta Crónica de la Semana excepcional y entre lamentos y esperanzas por la gente que muere y por la gente que se cura apela a la propia condición humana que nos distingue de los animales, al sentido solidario, al espíritu de colaboración, a la cercanía con los vulnerables, al civismo y al ejercicio cabal y certero de ser ciudadanos, lo que en un idioma más cercano podría ser hombres y mujeres que se visten por los pies y de su fortaleza e integridad moral hacen causa común con quienes tienen alrededor. Si algo tiene de bueno cualquier estado de choque es que pone a cada uno en su sitio y el nuestro es el de ser personas que ayudan a las personas y que luchan por las personas, más aún por aquellas que más lo necesitan y dieron siempre el callo por nosotros, nuestros mayores. ¡Te quiero papá, te quiero mamá!

ALARMA SOCIAL

¿Por qué compartir nuestros riesgos?

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