La educación, la vida en sí misma

Nueva entrega del “señor Jota”, esta vez un cántico a la educación como trampolín personal, como un ejercicio colectivo de conquista de valores >> Y tener educación

06 mar 2022 / 16:40 H.

No deja de aprender el “señor Jota”. Desde que le oyó a un político de vieja escuela reconvertido en renovador por arte de magia que el éxito de la supervivencia no es otro que la sorpresa permanente, todos los decibelios de su cerebelo van destinados a esa pócima mágica que une juventud con admiración, en fundir permanentemente la capacidad de sorprenderte con todo lo que se presenta ante tus ojos. De ahí, decía, nace el respeto de los demás por lo que haces, el asombro permanente por lo que te tienes entre manos y la capacidad de seguir sumando lustros a tu responsabilidad política, mande quien mande. En lenguaje de un gran literato como Charles Dickens, “lo más importante en la vida es dejar de decir ‘deseo’ y comenzar a decir `lo haré’. No hay nada importante, luego trata las posibilidades como probabilidades”.

Así las cosas, en el desesperante y contradictorio caminar por la vida que nos viene impuesta (¿por qué sanciones a Rusia y no, también, a Israel?) no puede haber mayor grito de vida que la educación y el ejercicio eterno de seguir empapándote de quien sabe, de quien es capaz de sorprenderte con sus escritos, de embaucarte maravillosamente con sus sabias palabras. Aseguraba hace muchos años el pedagogo norteamericano John Dewey que “la educación no es preparación para la vida, es la vida en sí misma” y a buen seguro que de una mayor educación llega un mejor porvenir, de una mejor experiencia de vida documentada y plena, la propia vida se nos hace más llevadera y placentera. El “señor Jota” le escuchó una vez decir el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, que la educación supone en los países pobres el ochenta por ciento del sueldo futuro de ese niño. Una fantástica aventura pues la de la educación, por la que se habrían de librar todas las batallas posibles (“El pensamiento no es más que un simple soplo, pero un soplo que hace estremecer al mundo”, Víctor Hugo; “La ignorancia es el peor enemigo de un pueblo que quiere ser libre”, Jonathan Hennessey; “No todos los lectores son líderes, pero todos los lectores se convierten en líderes”, Harry S. Truman). A veces, se suele decir a sí mismo el “señor Jota”, para cerciorarse de que hay que seguir aprendiendo de todo y con todo, que lo que no se sabe parece que no existe, pero existe aunque no se sepa y tiene mucho que ver este pensamiento con aquel maravilloso cuento de “la ardilla mudita” y su moraleja sobre la cooperación, la mano tendida siempre. Este cántico a la educación como fuego de vida, como trampolín personal inagotable y como ejercicio colectivo de conquista permanente de valores con los que ir transitando es un nunca dejar de aprender y sorprenderte y ser siempre joven por ello.

CUESTIÓN PRIMERA

Educación como fuego vital de tránsito en el presente y conquista del futuro

CUESTIÓN SEGUNDA

Educación como cántico eterno en el respeto entre las personas

MUY PERSONAL

Ernest Hemingway, escritor norteamericano: “Jamás piensen que una guerra, por necesaria o justificada que parezca, deja de ser un crimen”
¡Más una invasión!

Beatriz Martínez, disyókey en Tomorrowland:

“Me fui de Andújar con 15 años a buscarme la vida y volvía cada invierno para ir a la aceituna”.
¡Actuará en el escenario principal del festival más grande de toda Europa!

José Miguel Serrano, caricaturista:

“Dibujo personajes que no tenían pretensión de nada, se hicieron famosos por el mero hecho de estar todo el día en la calle”.
¡Jaén auténtica!

ADIVINA...

Un acto de transversalidad social en

un lugar público y la autoridad competente veta a un ponente que luego tuvo que aceptar

ADIVINANZA...

No hay vuelta atrás, la decisión sigue tomada, solo es tiempo de esperar que la alarma concluya para su cese