Ese Bartolo, el jefe de los jefes

Todos fuimos jovencitos en la vida, no hay otra, es la misma vida, morir desde que nacemos experimentando con todas las esquinas que vamos encontrando a nuestro paso, pero con Bartolo todo es distinto, porque empezó tan joven, que a todo llegó con cara de niño, también ahora, aunque más redondita. Jovencísimo en la solidaridad como voluntario de la Cruz Roja, muy joven fue altavoz de las noticias de su ciudad a través de la corresponsalía de este periódico y joven, también joven, en el mundo de los seguros y las reformas, al que se apegó como factor elemental de desarrollo vital y que le ha guiado, joven que apunta canas, a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Jaén. Aquí, Bartolo, como le llamamos quienes le queremos, ha hecho carrera, como se suele decir, porque empezó desde abajo y ahora rige afortunadamente los destinos de una organización tan necesaria en Jaén como inservible fue en los últimos tiempos. Este Bartolo, Bartolomé González Ruiz, es un tipo especial, ahora convertido en el jefe de los jefes, si los empresarios, como suele ser por una obviedad propia que tiene sus excepciones, son los jefes de las empresas. Y lo ha hecho a su ritmo, paso a paso, haciéndose con la organización empresarial año tras año, forjando relaciones y sumando “excell” en forma de federaciones con votos hasta que llegó su momento y dio el paso por Jaén y sus pueblos y sus ciudades. Por primera vez se dan dos circunstancias muy palpables ante la insondabilidad reinante pretérita, que accede desde la periferia, no desde el núcleo capitalino, siempre receloso a la provincia, y, además, que no emana del sector del aceite, potente en votos y en mandar siempre. Será todo porque se lo ha ganado, será también porque son necesarios nuevos tiempos y es, evidentemente, la expresión suprema de su capacidad de unir y sumar, de mediar y de que confluyan voluntades. Así lo fue siempre, casi de niño, cuando este que escribe era su jefe periodístico, que es una jefatura para nada tangible ni a tener en cuenta, como él bien sabe, así lo será, porque Bartolo ha llegado para quedarse, por clarividencia, voluntad inquebrantable y manifiesta competencia.