El primer día del resto de nuestra vida

Despide el año el “señor Jota” con un cántico a la decencia y la libertad >> Y a la alegría, que no nos la pierdan

26 dic 2021 / 16:23 H.

No lo esperábamos, quien diga lo contrario juega desmemoriado con la plausible sociedad que todo lo olvida al momento porque todo lo ensalza al instante y es tanto (y tan superfluo) lo que nos llega en el bombardeo diario de noticias reales y chismes infaustos que hay que estar permanentemente evacuando para dar paso a nuevos rayos de inmisericordes mentes que todo lo quieren controlar. Fuera vigilancia, para el “señor Jota” es tiempo de remembranza y de acaparar alegría, quede como contraposición que no ha sido la Navidad de nuestras vidas, la de la vuelta a la normalidad, con abrazos y reencuentros, la covid-19 vino para quedarse y bien que bien viven así las farmacéuticas que fabrican vacunas que no sirven para mucho tiempo y te venden test de antígenos como muestra de una locura consumista de la que hay que escapar sí o sí.

Que los milagros diarios hagan fila detrás de tu puerta desde hoy, el primer día del resto de tu vida. Suena como suena, cursi para los memos, noño para los sabiondos, pero el resto de los mortales lo recibimos con una sonrisa de oreja a oreja. A veces la vida es solo eso, dejarse llevar por la tontería de una mirada, un paisaje, un verso, una sonrisa... Siempre una sonrisa (“Cuando mires al cielo de noche, como yo viviré y reiré en una de ellas, para ti será como si todas las estrellas se rieran”, El Principito). Sonreír, ese verbo infinito que desparrama un bello ejercicio, el de hacer la vida mejor a los que nos rodean. No puede dejarse pasar la Crónica de la Semana número 1.500 sin hacer un cántico a la vida y a la decencia, a la libertad y a la alegría. Está de acuerdo el “señor Jota”, sin que sirva de precedente, porque transita casi siempre con los renglones torcidos de Dios y sus endiosados aprendices. Pero eso es otra historia de cualquier fin de mes del 2022 que se avecina, cuyo mejor propósito colectivo debiera ser alabar a quienes hacen, a quienes crean y a quienes sueñan, que es sano ejercicio y de alto calado pero silencioso, el ruido no es compañero del buen corazón (“Todos los adultos alguna vez fueron niños, pero solo algunos de ellos lo recuerdan”, El Principito). No hay mayor recompensa que la mirada limpia de quienes aún creen en los sueños, no hay mayor alegría que comprobar la hechura de los sueños que manan de la condición humana y sus valores intrínsecos. Fue Abbie Hoffman, el activista social americano que renegó de la guerra del Vietnam con sonoro éxito social, quien acuñó que estamos ante el primer día del resto de nuestras vidas. Solo nos falta eso, creernos que vida solo hay una y que manejarla es obligatorio, porque no es de nadie más... Y vivirla decentemente en libertad y con alegría, sin esquinas ni imposiciones es un sanísimo ejercicio (“Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides. Para bien y para mal”, El Principito). Feliz Navidad, tengan bienaventuranza para 2022.

Vivir jaén

Seremos aquello que hagamos por Jaén

Sentir jaén

Inventar de nuevo Jaén es semilla envidiable

Crónica nº 1

Fue hace mucho, tanto que la memoria reverdece con hemeroteca; nacía la “Crónica de la Semana” en el mes de noviembre de 1992, casi tres décadas ha, cuando no se hablaba en Jaén más que de la “movida” junto a los Hacienda, la proliferación de pubs al lado del hoy Banco de España.

Crónica nº 1.000

Mayo de 2012, la crisis había llegado tarde a Jaén, como sucede con todo, pero también, es su sino, se iría mucho después. Así las cosas, que un grupo de jóvenes alumbraran junto a la Catedral la feliz iniciativa de abrazar gratis denotaba el clima general de la sociedad jiennense. Así vivía Jaén 500 semanas atrás.