Se buscan indecisos

09 nov 2019 / 11:37 H.

Sabes que eres la pieza a cobrar, aunque lo llevas con la humildad del que pasa por la vida sin hacer ruido. Te acechan en el buzón de casa, su mensaje te llega por tierra, mar y aire, pero tú sigues ahí como si nada. Y solo coges la publicidad de la pizzería por si hace mucho frío este fin de semana. Impasible, esperando hasta el último momento para tomar una decisión que, de nuevo, se antoja transcendental y eso te da cierto placer íntimo, el saberte fuera de la órbita de los partidos y necesario, aunque solo sea por un día. Amor electoral fugaz y arrabalero. Formas parte de un 7% de población española convertida, de la noche a la mañana, en persona de interés. A ti te hablaban la noche del debate electoral, por ti preparaban gráficos, mensajes en una botella, frases rimbombantes, te miraban a los ojos para buscar tu complicidad y ganarte para la causa. No te llamaban por tu nombre, pero será cuestión de tiempo que personalicen el mensaje. Y tú, mientras, en el sofá, comprobando en el móvil el último “meme” con la baldosa de paz catalana, la mamada inoportuna y otras gracietas patrias. Así no se puede construir un país serio, con rigor, ni aunque sea digital o ensoñado como el del Ampurdán. Si Sabina es capaz de hincar rodilla y pasar por el altar, aunque sea pagano, cómo no te decantas tú de una vez por la amplia oferta de partidos, con las cosas que te dicen al oído. En tu conciencia quedará el generar tanto desasosiego en nuestros candidatos.

En esta tensión electoral no resuelta, los nervios están a flor de piel y cada uno les da salida como puede. Así, si dura un poco más esta monodosis de campaña, Partido Popular y Ciudadanos acabarían por “fusilar” el programa de Vox. Entiéndase lo de fusilar en lenguaje coloquial como plagio, copia y pega, un Ana Rosa ideológico. Abascal no liberó al tigre que lleva dentro, pero se paseó tranquilo por la sabana del debate sin temor, aunque los rugidos en forma de barbaridades salieran con naturalidad y buena dicción. “Argumentos falaces pero discursivamente efectivos”, escribe la politóloga Silvia Claveria y no se puede describir mejor en una frase la estampa africana. Así va calando un mensaje que está por ver si tocará techo este frío noviembre.

El presidente en funciones recibía ataques por todos los flancos, los intentó cortar de raíz con el anuncio de la lista más votada o la vicepresidencia económica, pero entre tanto apunte, daba la sensación de que Sánchez había salido al terreno de juego a no perder. El desliz de la Fiscalía, asumido como error, fue un intento de subir el diapasón político, de dar un golpe en la mesa para marcar territorio, tras el debate. Munición para el resto de pistoleros y, sobre todo, para la banda del forajido Puigdemont. No ha sido una buena semana para el asesor Iván Redondo del que se mofaba un Pablo Iglesias —siempre tan presentable en la televisión— dispuesto a ofrecerse, por enésima vez, a un PSOE del que desconfía abiertamente y señala al elefante de la gran coalición como la carta en la manga del presidente, con Cataluña como atajo. Da igual que todos nieguen trampantojos, callen ante posibles pactos y demás artificios, pero salvo que la masa de indecisos no dé una patada al tapete, alguien tiene que ir de farol. No hay tantas buenas cartas para todos.

NACIONAL. Un museo pendiente del gobierno.

No es que Pilar Palazón, entre sus virtudes incluya poderes adivinitarios, pero sin ser pitonisa trazó, a mano alzada, el futuro del Museo de Arte Íbero. En concreto, los problemas por una exposición temporal que requería de otras tantas piezas con enjundia de otros museos estatales para darle mayor valor. Pero el mundo íbero no escapó de esa maldición bíblica sobre cualquier infraestructura que se precie en Jaén. El “tempo jiennense” hizo pasar al museo por una travesía en el desierto, para luego hacer las cosas de manera atropellada, todo manga por hombro. José Guirao, el ministro en funciones como el museo, confirma que tendrá carácter nacional con lo que ello supone. A falta de un par de flecos, que haya Gobierno y presupuestos. Suerte.