Unidad frente a los recortes

El Gobierno central y la Junta de Andalucía centran sus esfuerzos en conseguir la mejor reforma de la Política Agraria Común, porque en juego está el futuro de miles de familias y, en general, del campo jiennense. El principal problema es que van por separado en una cuestión que atañe a todos. Hay que tener en cuenta que cuanta más unidad haya en las reivindicaciones, más fuerza se ejercerá en las negociaciones que, por el momento, no van por buen camino. Es importante destacar que, antes y después de la pandemia, estaba encima de la mesa un presupuesto de recortes por parte de la Unión Europea sobre algunos colectivos de profesionales del campo. En primer lugar, las instituciones con competencias en la materia tendrán que pelear en Bruselas para que no se produzca una reducción de fondos para los próximos siete años, puesto que aún no se ha terminado el tiempo para poder alcanzar un acuerdo que no sea lesivo para los agricultores y ganaderos de España y, por consiguiente, de Andalucía. Por cierto, trabajadores del campo que, durante la pandemia, son un verdadero colchón de una crisis económica que empieza a colear como telón de fondo. En segundo lugar, no les quedará más remedio que escuchar al sector, porque son quienes están en el día a día del campo los que saben perfectamente cuáles son sus necesidades. Preocupados están, en este momento, por un inminente comienzo de campaña de recolección de aceituna en el que el coronavirus supone una seria amenaza. En este sentido, urge un protocolo claro y conciso para prevenir los contagios en lugares en los que los temporeros están obligados a convivir, porque son parte fundamental del eslabón de la cadena.