Unas cifras catastróficas

    03 mar 2021 / 12:16 H.
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    No suele ser el mes de febrero un periodo propicio para la creación de empleo en la provincia. El final de la recolección de la aceituna marca un incremento en la cifra de desempleados y convierte a Jaén en uno de los territorios con más paro de todo el país. La crisis sanitaria en la que todavía nos encontramos inmersos hace que la situación empeore y, aunque los expedientes de regulación temporal de empleo sostienen a miles de familias, lo cierto es que las estadísticas demuestran un panorama bastante oscuro. Son 4.544 jiennenses los que se inscribieron el mes pasado en las agencias de desempleo, un 8,8% más que en enero, por lo que el dato total se sitúa en 56.194. La estacionalidad, derivada de la fuerte dependencia del monocultivo del olivar, es el principal problema del tejido productivo provincial, necesitado de alternativas que consoliden puestos de trabajo sostenibles en el tiempo. No vale conformarse con crear empleo a final de año y destruirlo al principio. La apuesta laboral de las administraciones públicas tiene que ir unida a la de la iniciativa privada para que los jiennenses no se vean obligados, en el mundo rural, a vivir de los jornales que da el campo y de temporadas de recogida de otros frutos fuera de sus hogares. La mujeres y los jóvenes requieren, además, un tratamiento especial en la solución de una situación que empieza a ser insostenible. Todos los responsables políticos coinciden en que los niveles de paro son absolutamente catastróficos, pero no hay propuestas encima de la mesa que ayuden a eliminar los graves desequilibrios territoriales que evidencian las estadísticas. La creación de infraestructuras tiene que ir ligada a la atracción de inversiones privadas.

    Editorial