Una preocupante realidad
El secreto de sumario impide conocer los detalles en torno a la desgraciada muerte de dos adolescentes en la capital el sábado pasado y, a la vez, exige respeto hacia dos familias que estarán destrozadas por tan doloroso desenlace. Sin embargo, el suceso sí obliga a la sociedad a hacer una parada en el día a día para reflexionar acerca de nuestra propia existencia y el uso de tecnologías y avances que están al alcance fácil de todos, incluidos los niños. Mientras tanto, los investigadores tendrán que afanarse en esclarecer qué sucedió exactamente para que quienes forman parte de esas dos menores puedan empezar a asimilar una desgracia que nadie podrá olvidar. Hay un estudio elaborado por Unicef, junto con el Ministerio de para la Transformación Digital, Red.es, la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo de Colegios de Ingeniería Informática, que conviene resaltar en un momento como este, aunque sirva como paréntesis que los medios de comunicación debemos pasar por alto las noticias relacionadas con los suicidios para no inducir a su incremento. El caso es que un 7,4% de los estudiantes de entre 12 y 20 años presenta un riesgo de autolisis elevado y el 6,5% ha intentado quitarse la vida. El suicidio es, según la Organización Mundial de la Salud, un problema de salud pública que no depende de una sola causa, sino en el que influyen múltiples factores: sociales, culturales, biológicos, psicológicos y ambientales. La persona que quiere acabar con su vida realmente lo que pretende es terminar con el sufrimiento que padece. Responsabilidad ante todo antes de juzgar sin conocimiento.