Una dimisión a destiempo

    05 nov 2025 / 08:24 H.
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    El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, da el paso que miles de ciudadanos reclaman en las calles desde hace un año y presenta su dimisión simulando ser una víctima más de la dana con esa frase categórica de “no puedo más”. Incomprensible era que continuara en el cargo después de una gestión que se dirime en los tribunales y lo mismo de sorprendente resulta que se despida precisamente en este momento. Eso sí, continuará como diputado para seguir aforado y se niega a convocar elecciones autonómicas, aunque todo dependerá de las negociaciones que se abren ahora para elegir dirigente, diálogo en el que tendrá mucho que decir Vox, su socio parlamentario en las Cortes. Está claro que su mandato acabó el 29 de octubre de 2024, cuando un frente atmosférico de consecuencias catastróficas acabó con la vida de 229 personas y devastó buena parte de la provincia de Valencia y, sin embargo, él continuó con su agenda. Una polémica comida con la periodista Maribel Vilaplana, que ayer declaró ante la jueza como testigo, mantuvo a Carlos Mazón alejado de un escenario en el que sus vecinos se ahogaban y las calles se convertían en ríos. El mero hecho de que voces anónimas pidieran su ausencia en el funeral de Estado por las víctimas de la dana demuestra la situación en la que se encontraba el ahora presidente en funciones, agravada por las presiones de sus propias filas, porque mantenerse en el cargo no hacía más que debilitar al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, harto de buscar excusas ante un situación insólita. Carlos Mazón se va, a medias, reconociendo errores y, al mismo tiempo, culpando al Gobierno de no haber informado de la catástrofe meteorológica.

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