Un museo de ámbito nacional

El Museo de Arte Íbero tendrá buenas noticias en breve, la confirmación por parte del ministro de Cultura del carácter “nacional” que tendrán las instalaciones con la repercusión que eso conlleva es, sin duda, la mejor opción para unas instalaciones que están paralizadas en su actual configuración. De esta forma se logra, por un lado, mayor visibilidad en todo el país de los tesoros que alberga y albergará un museo que requiere dotarse de mayor cantidad de contenido museístico para convertirse, entonces sí, en un verdadero faro de esta cultura. Será un paso más desde que se inaugurará el museo en 2017. Con las colecciones estatales que estarían aquí de forma permanente, según asegura el propio ministro, se daría un paso definitivo para poder atraer a unos visitantes que, de momento, se quedan con la miel en los labios y, sin duda, con ganas de más. En este aspecto hay coincidencia en los visitantes de la provincia y los que vienen de fuera, mucho continente para tan poco espacio expositivo. Hizo bien el ministro en acordarse de esa sociedad civil que tanto hizo para que el museo fuera una realidad, la más de las veces ignorada y de la que fue punta de lanza, sin duda, la Asociación Amigos de los Íberos. En este movimiento también se habla de un patronato que vele por el futuro del espacio museístico y, también, de la parte que más puede preocupar en cuanto a los tiempos para esa transformación: Gobierno y presupuestos. Es decir, de nuevo, este museo no encuentra, precisamente, un aliado en el tiempo. Se requerirá la voluntad política que, de momento, se tiene y de una dotación presupuestaria para que estos sueños actuales no se tornen, otra vez, en pesadilla.