Temporeros que hay que cuidar

    16 nov 2019 / 11:34 H.
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    Un año más el dispositivo de atención a los temporeros que llegan del resto de España y del extranjero a los tajos aceituneros está ya cerrado. De esta forma se asegura la mejor atención posible desde, al menos, las administraciones públicas. Mucho se ha mejorado desde aquellos años en los que la precariedad de estos trabajadores saltaba a los medios de comunicación nacional dando una imagen real, pero también parcial. En aquellas fechas también existía dispositivos, pero como hoy se echaba en falta mayor voluntad por parte de los empresarios que contratan. Entre tanto, se ha dado un cambio sustancial en que cada vez hay menos mano de obra extranjera que llega a la provincia, no hay efecto llamada y se regula también en origen su llegada. De esta forma, la respuesta pública cubre buena parte de los jornaleros volantes que pasan de una zona a otra en busca de trabajo. En este caso, reunido el Foro Provincial de la Inmigración para esta campaña, 17 centros de acogida abrirán sus puertas, dos menos que el año anterior y en total serán 656 plazas. En esta ocasión, además, se amplía en cuatro días la estancia de los temporeros en los albergues. Este límite solamente se aplica en el caso de que los centros estén llenos y haya que hacer rotación. Para esta campaña se tiene también muy presente, para lamento de los productores, que se prevé un 30% menos de producción con respecto al año pasado. Por lo tanto, en el aspecto humano también se prevé una campaña tranquila en la que, una vez más, las autoridades tendrán que inspeccionar con tiempo los espacios habilitados por empresarios agrícolas en cortijos y cocheras para que no se produzcan desafortunados accidentes.

    Editorial