Respeto a todos los andaluces

Hay ocasiones en las que el ciudadano percibe que, cuando los responsables políticos hablan, piensan que nadie les escuchará o que se puede decir una frase en un lugar de España y una distinta en otro. Algo así debió pasar con el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, quien seguro que no tendrá previsto visitar la tierra de sus antepasados en mucho tiempo, porque lo que dijo en la sesión de los decretos, celebrada en el Senado por obras, fue un ataque directo al orgullo y al sentimiento de pertenencia al terruño de jiennenses, granadinos y, en definitiva, andaluces. “Yo no me avergüenzo de ser hijo y nieto de andaluces, soy orgulloso charnero, orgullosísimo, me siento muy orgulloso de que mis abuelos huyeran de Jaén y de Granada, respectivamente, hace cincuenta o sesenta años para ir a Cataluña a un barrio de Santa Coloma de Gramanet, podían haber ido a un barrio de Madrid, me da igual, para vivir y subsistir. ¿Sabe de qué huían mis abuelos y mis abuelas? Huían de los señoritos que probablemente hoy sus descendientes les votan a ustedes. Me siento muy orgulloso”. Este fue el párrafo que se extrajo de su intervención, grabada y colgada en la página web del Congreso de los Diputados, y que encendió los ánimos de Despeñaperros para abajo en las redes sociales. Gabriel Rufián está a tiempo de pedir perdón por un intento de enfrentamiento a la sociedad y un ataque directo con tópicos que a ningún lugar conducen. Como bien dijo el presidente de la Junta, Juanma Moreno, Andalucía es tierra de gente trabajadora y honesta, esforzada, como la que emigró a Cataluña, como sus abuelos, los de Rufián, que merecen el máximo de los respetos.