Recompensa al esfuerzo

    20 oct 2021 / 16:48 H.
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    Puede haber detalles en los que no estén de acuerdo, pero lo cierto es que la unidad que vive el sector de la agricultura en el frente común para reivindicar un reparto de las ayudas que llegan de Europa justo es, cuanto menos, histórico. Hay que tener en cuenta que está sobre la mesa el futuro de miles de familias que viven del campo y, en la provincia de Jaén, del olivar fundamentalmente. No es lo mismo una explotación de Galicia que una de Andalucía, una región en la que la diversidad es evidente, pero el Gobierno quiere contentar a todas las comunidades autónomas con un Plan Estratégico Nacional en el que hay que compensar el peso que tiene cada uno, el esfuerzo, el sacrificio y la apuesta por prácticas sostenibles que no son una respuesta a una imposición, sino una costumbre que ya está generalizada. Ni las organizaciones agrarias ni la Junta de Andalucía, que ayer firmó una declaración institucional, están dispuestas a que el proyecto de reforma de la Política Agraria Común (PAC) suponga una seria amenaza para el modelo productivo de cada una de las ocho provincias. La agricultura es la que hace, precisamente, que las estadísticas relacionadas con la despoblación estén mucho más sostenidas en Andalucía que en cualquier otro territorio de España y, en el caso de la provincia, con más fuerza. Los olivareros jiennenses fijan la población al territorio, practican los tan de moda ecoesquemas, generan jornales en municipios con una alta tasa de paro y, en resumen, mueven la economía provincial. Sus explotaciones están en lugares orográficamente complicados y los costes de producción son altos. El Gobierno tiene que saber que todo el esfuerzo debe tener recompensa.

    Editorial