Prevención y accidentalidad

    31 ene 2025 / 09:07 H.
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    La Comisión Provincial de Tráfico y Seguridad de la Circulación ofreció ayer un dato escalofriante: 24 personas fallecieron en accidentes el año pasado, el doble en que en 2023. Las carreteras convencionales, que es precisamente donde menos velocidad pueden alcanzar los conductores, fueron el escenario de la mayor parte de los siniestros mortales, con un preocupante 75% que obliga a las administraciones públicas a mejorar la red viaria y a repasar la señalización. Las consecuencias para las familias son dramáticas y, en este sentido, es crucial el impulso de una política de seguridad vial marcada por la educación y la vigilancia que, además, incentive el cumplimiento de los límites de velocidad como elemento clave para su reducción. Junto a las 24 personas fallecidas en 2024 en la provincia jiennense, otras 45 necesitaron hospitalización como consecuencia de las heridas sufridas, en este caso con una reducción significativa con respecto a la estadística de referencia. La prevención es el instrumento más poderoso para revertir el incremento de la siniestralidad, unida a la información y a la concienciación, porque detrás de tanta tragedia se esconden situaciones que no se pueden permitir. Las leyes, de esta forma, están para aplicarlas y, aunque duelan las penas que conllevan, la política sancionadora ayuda al ciudadano. Analizar cada accidente ayudará a poner soluciones sobre la mesa, porque a veces no basta con informar de las consecuencias que pueden conllevar, por ejemplo, las distracciones al volante, sino que hacen falta inversiones en las infraestructuras para impedir incidentes que suelen repetirse en el tiempo en los conocidos como “puntos negros”. No hay que escatimar esfuerzos cuando se trata de salvar vidas.

    Editorial
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