Presupuestados sin Jaén

La comunidad cuenta, por fin, con una hoja de ruta presupuestaria que nace con tanta polémica como difícil fue su consecución tras las desavenencias de los líderes de Vox en cuanto a su papel en un Gobierno al que exigen una posición prominente. La aprobación de los presupuestos deja a la provincia tan fría como ya quedó con el adelanto de las cuentas provincializadas que se realizó con anterioridad. El escalón social y económico que separa a Jaén de la mayor parte de las provincias de Andalucía requeriría unas atenciones presupuestarias muy por encima de las que son habituales en los últimos años. La discriminación positiva con Jaén no existe y la deuda histórica crece para demérito de los políticos que nos gobiernan hoy y los que nos gobernaron ayer. De esta manera grandes proyectos que llevan en boca política décadas reciben asignaciones insuficientes para que las obras no se eternicen como siempre se hace cuanto la provincia afectada es Jaén. Ahora que, en parte, las partidas se provincializan se detecta lo que ya sabía —incluso, cuando no era esta la costumbre— que a Jaén se le “tima” valga la expresión un presupuesto sí y otro también. Haría falta que la provincia copara el mayor gasto durante unas cuantas legislaturas para invertir el ostracismo inversor que nos mantiene en una situación precaria para cimentar un desarrollo que no dependa de la lluvia. Desde el PSOE se critica con motivo la escasa inversión en la provincia, pero conviene recordar que la situación de Jaén es la que es y, precisamente, los sucesivos gobiernos de la Junta de Andalucía socialistas no cambiaron una tendencia en función de unas necesidades históricas. ¿Cuándo llegará el punto de inflexión?