Lucha contra la temporalidad
La radiografía que ofrece el desempleo del mes de julio es más de lo mismo y, aunque una leve variación que supone un halo de esperanza, está claro que el modelo productivo jiennense necesita una vuelta de tuerca en esa búsqueda constante de la estacionalidad. El paro se reduce en 517 desempleados y se sitúa, a estas alturas, en 34.953. Baja en agricultura, en el colectivo de “sin empleo anterior” y, sobre todo, en el capítulo de servicios, con un descenso que supone el 78% del total. En contrapartida, aumenta levemente en la industria y en la construcción.
La reforma laboral de 2022 marcó un antes y un después en un periodo del año que ya no es tan bueno para el mercado laboral jiennense. Los límites al empleo temporal y la anticipación de las contrataciones relacionadas con las rebajas son dos de las principales justificaciones, aunque tampoco hay que olvidar las ya persistentes caídas en la educación y el trabajo del campo, que se resiente por el parón en las labores del olivar que se produce en verano. Por el contrario, hay dos sectores en los que se percibe una relevante reactivación: la sanidad y los servicios sociales. Las sustituciones de las vacaciones explican los buenos datos de contratos temporales. El problema está en las mujeres. Los sindicatos denuncian que el 66% del total de desempleados en la provincia son mujeres.
La lucha se centra, en este momento, en la estacionalidad. Hay que evaluar de forma positiva el descenso del paro, pero también hay que estar atentos a las condiciones de trabajo que se producen en una época del año en la que prima la precariedad y la temporalidad. Es importante destacar que, en lo que va de 2025, hay registrados 66.608 contratos indefinidos, con una reducción del porcentaje en el total que preocupa especialmente. Tampoco hay que perder de vista las cifras de siniestralidad, con datos que resultan inasumibles y que precisan, de manera urgente, medidas de choque, valientes y suficientemente dotadas para poner fin a lo que, sin duda, es una muestra inequívoca de precariedad laboral y un auténtico drama social.