Los abonos gratis de Renfe

    26 sep 2022 / 16:13 H.
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    La medida que puso en marcha el Gobierno, hasta diciembre, para incentivar los viajes en tren tiene sus pros y sus contras y, aunque resulta altamente beneficiosa para quienes trabajan fuera de la provincia y regresan los fines de semana, cierto es que hay quienes aprovechan las circunstancias sin pensar en el daño que pueden hacer a quienes verdaderamente lo necesitan. Es lo que tiene la pillería. Los abonos cuestan veinte euros, en forma de fianza que, una vez agotados y justificados, se devuelven, una cantidad inferior a lo que cuesta, por ejemplo, un trayecto de Jaén a Madrid, por lo que hay quienes adquieren la tarjeta simplemente para que le salga más barato el viaje y, sin embargo, no se dan cuenta de que sus asientos quedan ocupados en los siguientes recorridos, aunque en la práctica están vacíos. La maniobra ha obligado a Renfe a introducir modificaciones en la normativa, de tal forma que, a partir de ahora, habrá un máximo de cuatro formalizaciones al día y, además, no se podrán reservar varias idas hasta que no se haya completado la vuelta. Desde la entrada en vigor de los abonos gratuitos, la compañía ferroviaria recuerda que ha puesto en funcionamiento todo el material rodante disponible, incluido el que se quedó parado por culpa de la pandemia. Ni que decir tiene que es una buena manera de incentivar el uso del transporte público en una tierra que necesita mejorar las comunicaciones por tren, fundamentalmente acortar distancias para evitar que la solución más rápida sea el uso del vehículo particular para viajar entre provincias o fuera de Andalucía. Sin embargo, el uso racional de lo público también depende de la responsabilidad individual.

    Editorial