Linares vuelve como epicentro
No hay mejor forma de acabar agosto que con la Feria de Linares, de siempre un lugar de encuentro y camaradería que permite compartir entre quienes aman la provincia como epicentro de ferias y fiestas que enaltecen el sentir de esta tierra. Linares vuelve a ser lo que era, tras unos años de ocaso económico por la diáspora social y laboral de sus bastiones empresariales. Construyendo futuro entre todos, aunando esfuerzos y convirtiendo el horizonte más inmediato en tarea común estamos llegando a otro tipo de realidades en Linares y sus barrios, sus ciudadanos y sus trabajadores. Así se palpa y así sucede en todos los campos que conforman el “escaparate” de una ciudad, pongamos como ejemplo el Linares Deportivo o, en el caso que nos ocupa, la Feria de San Agustín, cuyas actividades coparán las páginas que a diario este periódico publica de la antigua ciudad minera, un estandarte que fue y será para la fisonomía económica provincial.
Cuando llegan estos días de asueto y fiesta no por menos que deseamos que el divertimento sea condimento único y exclusivo de la Feria y Fiestas, así como que la programación que acompaña a unos días grandes en el real, sirva para resaltar el espíritu de una ciudad emprendedora y acogedora como pocas. Linares vuelve como epicentro de todo y qué mejor forma de hacerlo que con una visita a sus tardes de toros, a sus exposiciones y a sus pasacalles, a sus casetas y a sus encuentros emotivos y religiosos. No hay mejor forma de hacer pueblo que de la unión de quienes aman unas raíces a través de sus señas principales de identidad, que no son otras que sus días de jolgorio en torno a un patrón como San Agustín.