La nueva promesa del tranvía

El tranvía fue, sin lugar a dudas, uno de los principales titulares del Consejo de Gobierno que la Junta de Andalucía celebró en el Museo de Arte Ibero, una reunión repleta de significado que, a las puertas de unas elecciones municipales, significa la apuesta de la Administración autonómica por una tierra necesitada de cariño institucional. Han tenido que pasar cuatro años para que el presidente, Juanma Moreno, ponga fecha a la puesta en marcha de una infraestructura millonaria, la mayor que se recuerda en los últimos tiempos en la capital, que quedó abandonada por manifiesta falta de voluntad política, precisamente, del Partido Popular, el equipo que ganó las elecciones en el mismo momento en el que estaban los trenes en pruebas bajo la batuta del Partido Socialista. Cambiaron los tiempos y, en el vuelco que supuso la llegada de Juanma Moreno al poder, con el empuje de Ciudadanos, la promesa electoral de reactivar el sistema tranviario empezó a tomar forma sin que, hasta el momento, el ciudadano perciba más movimientos que lo que dicen unos y lo que dicen otros en los medios de comunicación. Trámites burocráticos, los mismos que quiere eliminar este equipo de Gobierno en Andalucía, son los que están detrás del retraso en el desbloqueo de un transporte urbano que es tendencia en Europa y del que goza Jaén, guardado en cocheras, desde hace más de una década. Queda escrita una nueva promesa del presidente andaluz para que este año haya operarios en un trazado convertido en aparcamiento y, el próximo, empiece a rodar de norte a sur, y viceversa, repleto de viajeros. La concienciación ciudadana será un capítulo aparte después de usar el tranvía con otros fines.