Fraternidad en León XIV

    10 may 2025 / 10:24 H.
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    El cardenal estadounidense Robert Prevost se ha convertido en el Papa número 267 de la historia. Misionero, también con nacionalidad peruana y ascendencia española, es el actual jefe de los obispos y fue superior de los agustinos. Primer Pontífice americano y primer agustino, es importante destacar el primer mensaje lanzado desde el balcón de la Plaza de San Pedro: el de una Iglesia misionera y acogedora que construya puentes de diálogo para ser un solo pueblo, siempre en paz. El Papado de León XIV se presagia repleto de sellos de fraternidad y guiños a los más necesitados. Su elección, sin lugar a dudas, supone una sorpresa y un antes y un después para la familia agustiniana en un contexto social, político y espiritual especialmente convulso en todo el mundo, una Orden fundada para vivir y promover el espíritu de comunidad como lo vivieron los primeras agrupaciones cristianas. Jurídicamente, nació en marzo de 1244, cuando el Papa Inocencio IV unió a varios grupos de ermitaños al servicio de la Iglesia Universal como comunidad de frailes mendicantes. Desde sus comienzos, reconoce a San Agustín de Hipona como su padre, maestro y guía espiritual. Resulta interesante que los dos últimos Papas procedan de órdenes religiosas teniendo en cuenta que la vida consagrada atraviesa una situación de crisis vocacional importante. León XIV tiene grandes retos por delante en la Iglesia católica, pero su elección representa una victoria de continuidad y, a la vez, una garantía de buen gobierno y solidez doctrinal. Robert Prevost es el menos estadounidense de los cardenales estadounidenses, algo que tiene su peso en la decisión que dio lugar a una histórica “fumata blanca” en Roma.

    Editorial
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