En el Día Mundial sin Tabaco

El Día Mundial sin Tabaco es una efeméride necesaria para recordar los males que conlleva un hábito que resulta tan perjudicial para la salud que causa, incluso, la muerte. Todos los esfuerzos son pocos para intentar concienciar a la población juvenil de la importancia de decir “no” a una tentación que, a la postre, genera adicción y resulta misión complicada dar marcha atrás. Prohibir, sin embargo, no es el camino, pero sí es importante marcar territorios e informar, con datos en la mano, de las consecuencias que conlleva una práctica que se reduce de forma significativa, para alegría de todos, desde que entró en vigor la Ley Antitabaco. La Asociación Española de Lucha contra El Cáncer reclama justamente la liberación de espacios públicos libres de humo con el objetivo de proteger a la población, especialmente a los menores, un colectivo especialmente vulnerable frente a los efectos nocivos del tabaco, que contiene más de setenta sustancias cancerígenas. La solución no está en recurrir a alternativas cuyas consecuencias se desconocen, sino en educar en la prevención para intentar a ese objetivo, en 2040, de alcanzar la primera generación libre de humo. Es importante destacar que el tabaquismo constituye actualmente la primera causa de mortalidad y morbilidad evitables en España y en el resto de países desarrollados. Tanto el consumo como la exposición son un factor de riesgo para desarrollar patologías, por lo que las consecuencias también afloran en los servicios que presta la sanidad pública, con problemas ligados a otro tipo de consumos, como el alcohol o las drogas, especialmente entre los jóvenes. En la escuela y en las familias está la clave del éxito o del fracaso.