Emerge la construcción

La construcción regresa a niveles anteriores de la pandemia y, según las estadísticas, con mucha más fuerza. Hay movimiento en un sector que sufrió la grave crisis del “boom inmobiliario” y que poco a poco empezaba a recuperarse de uno de los golpes más duros de su historia. La celebración de los Premios Palustres de Oro demuestra que llega la normalidad, aunque a medio gas, a las empresas que tantos contratos generan en el mundo rural, también en la capital, pero sobre todo en los pueblos, donde los jornales de la recolección de la aceituna y de otros frutos se compagina con la obra. Lo que sí echan de menos los empresarios es, precisamente, mano de obra formada y material para poder ejecutar trabajos de gran envergadura. Su apuesta por la economía jiennense es crucial y, por lo tanto, es de justicia que reivindiquen que se mueva también la obra pública para poder generar más puestos de trabajo. Ni que decir tiene que la llegada de fondos europeos ofrece unas perspectivas halagüeñas, porque la construcción no solo significa ladrillos, cemento y carretilla, sino también nuevas formas de energía, sostenibilidad y nuevas tecnologías. Los proyectos que emergen están encaminados a la construcción de viviendas, lo mismo que a la creación de parques eólicos, fotovoltaicos, regeneración del territorio o infraestructuras de telecomunicaciones y, para ello, es necesario mano de obra cualificada que resulta complicado encontrar. De ahí la importancia de la Formación Profesional, un instrumento educativo que la Junta de Andalucía quiere potenciar para que los jóvenes se formen y encuentren una salida laboral que a veces es mucho más rápido que con un grado universitario.