Dinamizadores del territorio

    20 nov 2020 / 18:47 H.
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    Son los que dan vida a los centros de los pueblos y ciudades, a los barrios y a los extrarradios. Forman parte del paisaje urbano, generan puestos de trabajo para sectores de la población especialmente dañados por el desempleo y, en cierto modo, son el aliciente perfecto para que la economía fluya. Se trata de los comerciantes, uno de los gremios más golpeados por la pandemia del coronavirus. Los que son declarados esenciales aguantan el tirón como pueden y los que están en la lista de los no imprescindibles viven con el agua al cuello. La situación es insostenible para la mayoría y, desde que se decretó el cierre a las seis de la tarde, los que estaban en la cuerda floja caerán de forma definitiva. La capital es el ejemplo claro de que el centro se muere con la clausura de establecimientos que, más o menos señeros, contribuyen al fortalecimiento de una red comercial que invita al potencial consumidor a visitar a otro sector también seriamente dañado: la hostelería. Los empresarios necesitan que las restricciones decretadas en Andalucía no se prolonguen más en el tiempo. Aseguran que sus locales son seguros y libres de coronavirus y, en este sentido, apelan a la responsabilidad individual para que los contagios no se extiendan por culpa de quienes están abocados al confinamiento y lo incumplen repetidamente. Necesitados de ayudas y respaldo económico público, claman por poder trabajar en los horarios establecidos en una situación de normalidad, porque la franja de las seis a las ocho y media de la tarde es, en muchas ocasiones, la que salva a sus negocios de la quiebra más absoluta. La campaña de Navidad está a la vuelta de la esquina y, de manera urgente, necesitan una respuesta a tantas incógnitas.

    Editorial