Despedida de Expoliva 2021
El balance del cierre de la Feria Internacional del Aceite de Oliva e Industrias Afines, Expoliva, no puede ser más satisfactorio. Se cumplieron todos los pronósticos y nadie puede decir que la celebración del mayor escaparate para el olivar no haya sido un éxito. Puede presumir la organización de una muestra, la más relevante de todas las de su calendario, que traspasa fronteras y que sitúa al sector en el centro de todas las miradas, un escaparate único para dejarse vender en todo el mundo. La presencia de más de cuarenta mil personas, en cuatro días, en el recinto es un hecho que habla por sí solo, porque significa que hay interés por un producto que todos identifican con la provincia, porque ayuda a incrementar el volumen de negocio entre los operadores que invierten en comercializar más y mejor y porque supone un revulsivo económico no solo para la capital, sino también para el resto de municipios que la circunvalan. Hay que tener en cuenta que las plazas hoteleras se agotaron rápidamente y que hubo visitantes que tuvieron que reservar en lugares como Úbeda o Baeza, más preparados turísticamente, para poder asistir a Expoliva. La feria, sin lugar a dudas, sitúa a Jaén en el mapa internacional y contribuye también a expandir un paisaje de olivar de incomparable belleza que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad. La cita por excelencia del aceite de oliva contribuyó también a dinamizar el aspecto laboral de una ciudad necesitada de oportunidades. Más de dos mil personas trabajaron en el montaje y desmontaje de la muestra en la Institución Ferial y las contrataciones superaron las quinientas. Cuatro días que supieron a gloria.
