Desaceleran los precios

Hay una sensación generalizada de una leve bajada de los precios que se puede apreciar, por ejemplo, en el combustible, aunque la cesta de la compra sigue cuesta arriba y resulta cada vez más complicado llenarla. Los analistas aseguran que la subida generalizada del coste de la vida da síntomas de desaceleración. El IPC interanual se redujo el mes pasado en nueve décimas hasta situarse en un 3,2% en España, el mejor dato de los dos últimos años. Hay que tener en cuenta que había subido en abril al 4,1% después de registrar un 3,2% en marzo. Más allá de los vaivenes del último trimestre, es cierto que se observa una contención en este indicador que tanto afecta a la economía doméstica, porque no es sólo los incrementos de productos del día a día, sino también los tipos de interés, que hacen que las hipotecas variables asfixien a los ciudadanos. Sin embargo, hay que mantener la precaución y prever que el gasto puede ir a más a medida que pasen los meses. Los expertos de los principales bancos del país no vislumbran en diciembre un IPC por debajo del 3% o 3,5% y, en este sentido, pronostican que todavía en 2024 el objetivo del 2% marcado para 2023 por el Banco Central Europeo será difícil de alcanzar. El escenario económico es un tanto incierto, fundamentalmente por la incidencia de la guerra de Ucrania, lo que hace que se retenga también el consumo en general, sobre todo de los grandes bienes, como pueden ser las viviendas o los vehículos. A todo esto hay que unir la sequía, que hace que en provincias como la jiennense, donde casi todo depende del olivar, los ciudadanos intenten gastar lo mínimo por lo que pueda pasar.