Crece el temor en residencias

La preocupación es, cada día que pasa, mayor. El incremento de brotes de coronavirus en residencias de personas mayores enciende todas las alarmas en buena parte de España, también en Andalucía, donde las cifras de mortalidad superan los seiscientos. Dicen los especialistas que la incidencia de la covid está contenida, pero los datos dejan poco margen para el error y apuntan a una evidente tendencia al alza. Hay que tener en cuenta que, desde el 8 de julio, los casos entre ancianos que viven en un centro han crecido un 3,17% y, aunque no se han producido muertes desde entonces, lo cierto es que el temor pulula en el ambiente. Queda claro que los protocolos funcionan, que hay más conocimiento de la enfermedad y, por supuesto, más material de prevención para intentar frenarlo, pero el peligro existe y el sector ve necesario, urgente y prioritario reforzar el sistema con fondos procedentes de la Unión Europea como una de las posibles soluciones. Ni que decir tiene que las plantillas están en una situación límite, más después de un periodo en el que el personal sufrió los efectos de la sobrecarga y el agotamiento, no solo físico, sino también psicológico. La patronal ve gestos por parte de las administraciones con competencias en la materia que son importantes, pero necesitan hechos y, sobre todo, reclaman un plan de contingencia integral para conseguir el equilibrio en el capital humano que existe, en la actualidad, en las residencias de ancianos. Hay modelos de sectorización que funcionan y que, en muchos casos, se presentan como la solución perfecta en los nuevos modelos de convivencia que deben imperar en estos centros asistenciales convertidos en el hogar de las personas mayores.