Ayudas para la reforestación

    09 ago 2019 / 10:33 H.

    Las llamas devoraron el corazón verde de Segura de la Sierra hace justo dos años. Cerca de un centenar de vecinos tuvieron que ser desalojados, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, y aunque en veinticuatro horas fue estabilizado, hicieron falta veinte días para conseguir la extinción completa. La huella es, todavía hoy, desoladora. El rastro del fuego sigue muy patente y quienes allí residen no tienen más remedio que la resignación. Los trabajos para recuperar un espacio único se prolongan en el tiempo en las más de 680 hectáreas calcinadas, casi en su totalidad de masa forestal de pinar y encinar, terrenos incluidos en diversas figuras de protección declaradas por sus altos valores naturales. Lo primero que hicieron los expertos, una vez que los árboles dejaron de echar humo, fue eliminar todos los peligros para las personas, retirar la madera quemada, evitar plagas y defender el suelo para evitar la erosión. Las instituciones públicas no escatimó en recursos. Hasta cuatro planes proyectó la Junta de Andalucía en la zona, por valor de 1,4 millones de euros, más los 250.000 euros aportados por el Gobierno central. Lo que ocurre es que el camino es largo y la “conducción” resulta demasiado lenta. Incrementar las ayudas forestales, después de los tan criticados recortes de los últimos años, se hace indispensable en momentos como este. La Administración andaluza anuncia una nueva convocatoria, después de siete años paralizada, en una clara apuesta por la conservación de la biodiversidad, por la limpieza de los bosques y la adaptación de estos ecosistemas a los efectos del cambio climático. Sin embargo, la prevención es la gran asignatura pendiente que tiene la ciudadanía.