Ante los robos de aceituna

    15 nov 2017 / 10:16 H.

    La decisión de la Administración de clausurar una almazara que compraba aceituna robada, además de acertadísima, supone todo un aviso tanto a los amigos de lo ajeno como a quienes miran hacia otro lado y compran el fruto sin certificar su procedencia. En el caso de la almazara bastetana, la investigación acometida por el equipo Roca de la Guardia Civil en su momento puso de manifiesto un total de 22 infracciones, entre las que destacaban la ausencia de libro de registro y de los permisos necesarios para ejercer la actividad, lo que viene a confirmar la contundencia de la decisión adoptada. No solo por el daños infligido a los propietarios del fruto recolectado y hurtado en su momento, sino también por el serio peligro para la salud que puede conllevar la falta de control en la recolección.

    Todos los esfuerzos encaminados a incrementar la vigilancia en el campo durante la campaña de recolección de la aceituna deben ser bienvenidos. Hace tan solo unas semanas, se llevó a cabo la reunión de coordinación para abordar el dispositivo de seguridad de esta temporada. Desde la Guardia Civil se pidió colaboración a los agricultores, de manera especial en dos aspectos. Por un lado, que se alerte cuando se detecten movimientos sospechosos; por otro, que no dejen fruto recolectado en el tajo, ni tampoco maquinaria que pueda ser sustraída. Los datos del año pasado ponen de manifiesto la intensa actividad de los amigos de lo ajeno, ya que se denunció la sustracción de 495.000 kilos de aceituna, lo que supuso un aumento del 28% con respecto a la campaña anterior. Intentar acabar con esos datos debe ser un objetivo conjunto ahora que se está a las puertas del inicio de la recolección.