Urbanos, ¿modelo sostenible?

    24 sep 2025 / 08:31 H.
    Ver comentarios

    En este siglo XXI, la ciudad parece imponerse al mundo rural: cada vez más habitantes viven en las urbes que en los pueblos. Pero surge una pregunta clave: ¿es sostenible este modelo?

    La concentración demográfica ha dado lugar a megaciudades que superan en población a muchos países. Este crecimiento acarrea problemas evidentes: seguridad, saturación de infraestructuras, congestión de tráfico o el elevado precio de la vivienda. Basta imaginar un gran apagón para comprender la fragilidad de estas concentraciones humanas.

    Mientras tanto, el campo ha quedado en segundo plano. Se ha instalado la idea de que “ser moderno es ser urbanita”, olvidando que el abandono del mundo rural también genera desequilibrios: despoblación, falta de servicios y pérdida de conocimiento sobre la gestión del territorio.

    Hoy, gracias al teletrabajo y a unas infraestructuras de comunicación adecuadas, sería posible fijar población en pueblos y pequeñas ciudades, ofreciendo a las familias viviendas más accesibles y condiciones favorables para desarrollarse. Al mismo tiempo, un medio rural habitado y cuidado ayudaría a prevenir incendios forestales y a mantener la biodiversidad. No se trata de enfrentar ciudad y campo, sino de buscar un equilibrio. Las urbes son motores de innovación, cultura y empleo, pero no pueden absorber todo el crecimiento demográfico a costa de vaciar el territorio. Los poderes públicos deben apostar por un desarrollo territorial más vertebrado, donde lo urbano y lo rural se complementen. Esta labor no tiene ideología ni da titulares inmediatos: es una tarea de largo recorrido, como lo fue en su día la industrialización.

    El futuro no está en la concentración excesiva, sino en un modelo sostenible que asegure habitabilidad, oportunidades y equilibrio. De lo contrario, corremos el riesgo de hipotecar tanto la ciudad como el campo.

    PEDRO MARÍN USÓN

    Los impuestos

    En seis años, el Gobierno central ha transferido 130.000 millones de euros a la Comunidad de Madrid. 43.000 millones más que en los 7 años de Rajoy. Sin embargo, el Gobierno regional del PP ha destinado a servicios públicos solo 58.000 millones, mientras que los otros 72.000 millones fueron a parar a manos de empresas privadas y a bajar impuestos a los más ricos. Es la política destructiva que perpetúa la desigualdad y el desmantelamiento de lo público de la derecha.

    Madrid, gracias a su capitalidad es la comunidad más rica de España, pero ostenta el vergonzoso título de ser la que menos invierte en sanidad y educación públicas por habitante y año. No es imprevisión, es el desmantelamiento meticuloso de lo público para hacerlo inoperante y arrojar a los ciudadanos a un sistema privado con chantaje implícito: “O pagas, o esto es lo que hay”. La capital tiene el mayor porcentaje de población con seguro médico privado: un 38%, 14 puntos por encima de la media nacional y en educación se abren tres veces más aulas concertadas que públicas, porque la pública está infrafinanciada, con ratios insoportables que dañan la calidad educativa. Por eso, el negocio de las universidades y colegios privados florecen como en el edén. Resulta muy preocupante que esta política, que favorece el negocio privado y perpetúa la desigualdad, reciba el apoyo electoral precisamente de quienes más sufren sus consecuencias. La próxima vez que pague impuestos en Madrid o en cualquier otra comunidad gobernada por la derecha, recuerde: una gran parte de su dinero acabará en las cuentas de los ricos.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS

    Al alcalde de Jaén

    Tras la “rimbombante “inauguración” del tranvía de Jaén, quisiera hacer unas breves puntualizaciones, a la espera de que el director de Diario JAÉN me autorice a escribir un artículo más largo sobre la historia del tranvía de Jaén desde marzo de 2007 hasta hace dos días; son 17 años que dan para escribir un ensayo con varios tomos. En el día 18 de septiembre, el artículo firmado por Alex Gómez en Diario JAÉN, el titular de la noticia es: “Julio Millán exige que el tranvía circule en Navidad”. Y yo, como muchos jiennenses, no damos crédito a semejante exigencia, cuando desde la legislatura de Carmen Peñalver como alcaldesa de Jaén (2007) hasta la finalización de la presidencia de la comunidad autónoma de Susana Díez (2019) han pasado 12 años de gobiernos del PSOE, en la Junta, y alternancias PSOE y PP en el Ayuntamiento de la capital. Los jiennenses somos buenos, pero no tontos, y la memoria la tenemos fresca, para recordar el cúmulo de despropósitos que el PSOE a nivel autonómico y a nivel local ha ido acumulando desde entonces hasta hoy mismo, con respecto al tranvía. Todo ha sido decir y hacer lo contrario que el adversario. Con lo fácil que es establecer una política conjunta entre ambas administraciones públicas (autonómica y local), para el bien de una ciudad que se nos “muere”, que agoniza por aquello de “y tú más..”. Aquí lo dejo, sobre todo por el espacio exigido en esta sección. Seguiremos..... Gracias.

    ANTONIO GAISSE FARIÑA / Jaén

    Cartas de los Lectores
    set (0 = 0)