Turismo eterno, política ausente

    27 jul 2025 / 08:43 H.
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    Entre 2019 y 2024, la economía española ha mostrado una evolución significativa, con el sector servicios consolidando su peso en el 70 % del PIB, y un protagonista claro: el turismo. Este sector, que ya representaba un 12,6 % del PIB en 2019, ha alcanzado en 2024 un récord estimado del 15,6 %, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). A ello se suma un impacto directo en el empleo: cerca de 3 millones de puestos de trabajo, equivalentes al 14 % del empleo total en España. Estos datos no solo confirman la recuperación pospandemia, sino que evidencian la fortaleza estructural del turismo como motor económico. No obstante, este mismo éxito obliga a una reflexión crítica: España sigue basando gran parte de su crecimiento en un modelo centrado en sectores intensivos en servicios de baja productividad y alta estacionalidad.

    Pese a los discursos sobre la necesidad de reindustrializar, apostar por la innovación y reforzar sectores estratégicos como la tecnología, las energías limpias o la economía del conocimiento, el impulso político real ha sido escaso. La industria manufacturera apenas representa el 11–12 % del PIB, y el sector primario sigue marginado, en torno al 2,5 %. No habrá diversificación económica sin una transformación profunda del sistema educativo. Es en las aulas —desde la formación profesional hasta la universidad— donde debe empezar el cambio. Solo con una educación alineada con los retos tecnológicos, ambientales y productivos del siglo XXI podremos aspirar a un modelo más sostenible, equitativo y competitivo. La educación sigue siendo la eterna asignatura pendiente de este país.

    PEDRO MARÍN USÓN

    Se agrava el problema para Trump

    La visita de Maxwell, número dos en la Justicia, a la aún encarcelada cómplice de Epstein, como su conseguidora de niñas, aumenta las sospechas contra el presidente. Casi dos tercios de los ciudadanos y más de un tercio de los republicanos recriminan la gestión del asunto por su Gobierno.

    JOSEFA ORTEGA

    Los gemelos del martillo

    Un derecho fundamental de la infancia es recibir cuidado y atención de los padres. Sin embargo, cuando llega el verano, muchas familias se enfrentan a un problema: los niños tienen casi tres meses de vacaciones. Los padres, en cambio, apenas disponen de un mes de descanso al año. ¿Qué ocurre entonces con ese derecho de los niños? Unos recurrirán a la familia, otros a las amistades y los que tienen posibles, pagarán campamentos que rondarán los 200 euros por semana. En muchos casos, la calidad no justifica lo pagado: la alimentación no siempre es saludable, las ratios son elevadas y las actividades prometidas no se cumplen del todo. Lo más preocupante es que como sociedad hemos normalizado esta situación, vulnerando un derecho básico sin mayor debate. Hay que avanzar y la conciliación no puede seguir siendo una carga individual. Se necesitan medidas estructurales: horarios laborales racionales, permisos parentales ampliados, teletrabajo efectivo y una red pública de actividades estivales accesibles, inclusivas y de calidad. Cuidar a la infancia no es solo un derecho, también es una responsabilidad de toda la sociedad. Son el futuro.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON

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