La mina que guarda la plata

    11 ago 2021 / 16:16 H.
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    M adrid no es un paraíso fiscal, sino un robo fiscal de los ricos españoles y extranjeros que ponen en Madrid su domicilio —aunque no vivan allí— y estafan la cantidad de 4.500 millones de euros al año en varios tributos cedidos. Están apoyados por la mafia derechona, la iglesia católica y los medios golpistas. Un ejemplo: una persona física con un patrimonio de 10 millones de euros, pagaría en Andalucía la cantidad de 200.000 euros al año por este concepto. En Madrid, esta misma persona esta pagando 0 euros. La conexión entre este tipo de refugios piratas fiscales y organizaciones mafiosas está a la orden del día en todo el mundo, y en todos los sitios siguen el mismo comportamiento. En nombre de una supuesta libertad, lo que hacen es robar a los pobres y al Estado, para dárselo a sus amiguetes mafiosos El nombre más correcto seria el de “libertad” para robar sin trabajar

    Y a es demasiado tarde. Y no lo digo yo, sino un comité de 234 científicos de 66 países que afirman que el cambio climático ya está aquí y se quedará por milenios. El ansia del ser humano por el dinero ha destrozado nuestro hábitat. Y no es que el planeta se vaya al traste, que va... Somos sus pobladores los que estamos en riesgo de extinción.

    Si sobrevivimos, no cabe duda de que los efectos negativos de nuestra acción denominarán una nueva época geológica: el Antropoceno.

    El informe plantea varios escenarios, del más optimista al más pesimista. Yo, que siempre me he considerado realista —veo el vaso por la mitad, ni medio lleno ni medio vacío— y constato que las emisiones de CO2 —gracias a lobbies, capitalismo y negacionistas— no solo no disminuyen, sino que continúan aumentando, afirmo que nos encaminaremos al peor de los panoramas dibujados. No hacemos nada.

    Parafraseando al Charlton Heston del “Planeta de los Simios”, «¡Lo habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos, maldigo vuestra codicia, os maldigo!».

    D e la mina que guarda la plata / y del campo que cuaja la flor/ viene al ara de tu Santuario/ la ciudad que te ofrece su amor/ Es Linares un Templo dorado/ por la lumbre del sol andaluz/.

    He querido comenzar este comentario sobre la Virgen de Linarejos, para el pasado 5 de agosto, en el que se celebra su fiesta, recogiendo unos versos del bello himno a nuestra querida, amada y angelical patrona.

    La pureza de la devoción de la Virgen de Linarejos por parte de la ciudad de Linares es innegable. Todos los días, a todas horas, la gente de su ciudad nos acercamos a los pies de nuestra patrona para rendirle culto: para hablar con ella, en conversación íntima, dando así pruebas de la tierna comunicación entre los hijos y la madre. Dado, que una madre es una madre, acudimos como buenos hijos: unas veces para pedir, otras veces para llorar con desconsuelo, otras veces para manifestarle la profundidad de nuestro amor y otras veces para vivir junto a ella la alegría y la felicidad que nos invade.

    Es bueno que los cristianos vayamos profundizando en el papel insustituible que la Virgen ocupa en el plan de redención de su Hijo Jesucristo; no podemos quedarnos en la superficialidad, sin saber nada de nuestra querida madre, porque en ese caso nuestra devoción sería una devoción —en cierta manera— desdibujada, dado que el amor presupone el conocimiento, presupone un por qué y un para que, presupone una finalidad.

    Nadie puede negar que la Virgen —de todas maneras— nos atrae, pero nos atraería mucho más si conociéramos con profundidad el misterio: un misterio de amor inagotable, un misterio sin fronteras, un misterio que nos traslada a la dichosa infinitud de la eternidad a la que tenemos que llegar.

    Por lo tanto no es válida la superficialidad en el amor a la madre, por lo que hemos de formarnos para que estudiando la grandeza del misterio, alcancemos el don de la inmensidad de la gracia.

    Además tenemos que estar seguros, de que en esta encrucijada que nos encontramos de penuria: económica, laboral, cultural, de identidad, de salud, tenemos una protectora, que al igual que en el tiempo de la peste salvó nuestras vidas en nuestra ciudad; hoy nos salvará de esta lamentable situación, dejando a Linares en el lugar brillante y preciado que le corresponde. ¡Virgen de Linarejos! Una vez más, y como siempre, rindiéndote pleitesía:

    A tus pies —con amor— nos postramos. ¡Querida: doncella y soberana! ¡Querida: madre y mujer! ¡Querida: reina y señor! ¡Querida allá, donde estés! En la cercanía, tú cariño: ¡Más cálido se hace ver!

    En la lejanía se engrandece: ¡Se engrandece! ¡Es tu poder! ¡Y tú allá eres bendita! ¡Y tú eres: la doncella!

    Eres la reina del cielo: ¡Que aquí aún, estás más bella! De briega estas junto a tus hijos, qué tanto de ti esperan; porque saben que su madre es: ¡Madre. Mujer. Y reina! ¡Es reina cautivadora! ¡Es cautivadora y que conquista! ¡Y es de Linares y minera!

    Tiene para todos una sonrisa. Su sonrisa es: dulce y tierna. Su sonrisa es de todo un pueblo, que a Ti, te tiene ¡Y por dueña!

    ¡Por dueña: las llaves Tú tienes! Linares y el cielo: ¡Son tu enseña! ¡Viva la Virgen de linarejos! ¡Viva la real e ilustre patrona, de la muy noble y muy leal ciudad de Linares!

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