Renovación
de la Justicia
En estos días las autoridades locales de Martos aparecen en Madrid, en la Feria Internacional de Turismo, para promocionar nuestra ciudad y atraer turistas. Al parecer, el esfuerzo municipal se va a concretar en Las Casillas pero mientras tanto yo me he dado un paseo por el casco histórico de Martos y he acabado asombrado y apenado. No entiendo la hipocresía de promover esa campaña cuando el casco antiguo de nuestro pueblo (declarado Bien de Interés Cultural) se cae a pedazos. Ahí van unas cuantas imágenes, pero podrían ser cientos como estas. Las distintas concejalías responsables, con sus concejales y técnicos respectivos, no hacen cumplir la normativa, tampoco el alcalde que, además, fue concejal de Urbanismo. Así, las casas se derrumban (mientras sufrimos el gran problema de la vivienda), las intervenciones en las fachadas y en los tejados son “a la carta”, los solares y terrazas parecen estercoleros insalubres y, atención, en el, antiguamente, precioso rincón que hay entre las calles Lepe y Motril, se ha colocado una puerta en la vía pública. Eso sí: “Martos es cultura”, y abierta.
Amigo o amiga, hagamos un ejercicio de imaginación. Viajemos juntos al pasado y visualicemos un hermoso atardecer. Cerrad los ojos y dejad que vuestras mentes se transporten a una playa solitaria. El sol, como una bola de fuego, se despide del horizonte, pintando el cielo con pinceladas de naranja y púrpura.
Vengo de un viaje por el norte de Europa, en concreto Alemania, y una de las cosas que más me ha llamado la atención es la limpieza que hay en sus calles. Lo curioso es que no encuentras mucho personal limpiando, pero sí hay papeleras en todas las esquinas y, sobre todo, concienciación ciudadana. Como anécdota diré que se me cayó el tique de un autobús urbano en Berlín sin darme cuenta y una señora se me acercó y, en un idioma que no entendía —el alemán, claro está— me recriminó haber tirado ese papel al suelo. No supe explicarle que no había sido intencionadamente, pero me quedó claro que si está limpia esta ciudad es por el empeño de sus ciudadanos, cosa que a nosotros no nos pasa. Quería contar mi testimonio para que, quien me lea, lo haga de la misma manera y cunda el ejemplo.
No olvidemos las lluvias torrenciales caídas este 22 de enero sobre dos de nuestras capitales costeras, como hace poco en Valencia, y sus trágicos precedentes en ellas, así como el infernal e interminable incendio que quema aún Los Ángeles.
Muy, muy lenta, pero auténtica, empieza a dar sus frutos una mejora de la Justicia, con unos nuevos jueces que no provienen en su gran mayoría de donde siempre, y con un porcentaje en que destacan las mujeres. También el Gobierno amplía el acceso a esa carrera, de modo que los jueces puedan formarse mejor y a menos coste, incluyendo así a las clases populares, no sólo a la clase “populista”, que dirige, faltando a la verdad hasta en su nombre, (contra lo que expresamente manda la Real Academia) el Partido “Popular”.