La otra guerra

    03 ago 2025 / 18:55 H.
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    La otra guerra

    El reciente arancel del 25 % impuesto por Donald Trump a las exportaciones indias —en respuesta a sus compras de petróleo ruso— no es un caso aislado. Forma parte de una estrategia más amplia que define su actual mandato: la política de la presión arancelaria. En pocas semanas, ha amenazado también a México y ha incrementado tarifas a Canadá, su vecino y socio histórico.

    Trump ha convertido los aranceles en su principal herramienta de política exterior, generando nuevas tensiones en un mundo ya sacudido por conflictos e incertidumbre económica. En este caso, apunta directamente a la India, que importa cerca del 40 % de su petróleo desde Rusia, aprovechando los descuentos derivados de las sanciones occidentales.

    La intención es clara: estrangular los ingresos rusos para debilitar su capacidad de sostener la guerra en Ucrania. Pero el daño colateral puede ser alto. India, que se ha mantenido equidistante entre Washington y Moscú, se ve empujada a tomar partido bajo amenaza económica. Algunas refinerías estatales ya han detenido sus compras a Rusia, mientras el sector privado duda entre pragmatismo y presión. Entre India y China compran el 80 % del petróleo ruso. ¿Trump sancionará también a China?

    Así se libra esta “otra guerra del petróleo”: sin disparos, pero con efectos globales. El crudo se convierte en arma, y los países intermedios, en campo de batalla. En lugar de una estrategia multilateral, Trump opta por castigos bilaterales que tensan alianzas, distorsionan mercados.

    ¿Se está construyendo un orden mundial más seguro? ¿Estados Unidos sustituye las bases en el extranjero por la intimidación comercial? ¿Los estadounidenses tendrán mejor nivel de vida con esta política?

    PEDRO MARÍN USÓN

    Una locura

    Directivos de asociaciones ecológicas y sanitarias de Francia denuncian que se van a destruir ahí píldoras y esteriletes fabricados sobre todo para África, donde evitarían embarazos no deseados, niños abandonados, abortos, etc.; destrucción que costaría más que su distribución. Y preguntan: “¿Aceptará Francia sin reaccionar ser la ejecutora de una política insensata procedente de ultramar?”.

    MARTÍN SAGRERA

    Vergüenza en la educación pública

    Cantabria es una de las pocas comunidades autónomas que no cuentan con concursillo, esto es, un sistema mediante el cual un funcionario de carrera puede optar a ocupar un puesto que acabará siendo cubierto por personal interino. En lugar de este sistema que permitiría elegir por mérito, la Administración se muestra especialmente proclive a favorecer las comisiones de servicio, esto es, un sistema nada meritocrático, totalmente aleatorio, en virtud del cual se premia a determinados trabajadores con ciertos perfiles o ideologías por delante o en detrimento de otros. Bien, pues este año en una pequeña comunidad como la cántabra se han otorgado, ni más ni menos que ¡434 comisiones de servicio! Pero esto no es lo más grave; es que ¡alguno de los “agraciados” ni siquiera ha realizado el trámite en plazo! ¡Esta es la Educación Púb(l)ica que tenemos, señores! Yo para esto no pago impuestos, con los que, por cierto, se paga una figura de Igualdad (¿o “Igual da”?) en los centros. ¡Qué vergüenza de Educación Pública! “Para todos”, dice el lema...

    ALEJANDRO ESTEBAN ESCUDER

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