La igualdad de todos los españoles

    21 sep 2023 / 09:09 H.
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    En su titánico esfuerzo mitinero por llenar el vacío hasta su debate de investidura, sostiene Feijóo que “lo que diferencia la democracia de la dictadura es la igualdad de todos los españoles” y no “de una élite política concreta” y acusa a Sánchez de plegarse a los intereses del independentismo, cuando fue el PP el que más traspasó administrativa y económicamente con su “política de Estado” —ahora llamada “cesiones”—. Su igualdad es la de los paraísos fiscales de las autonomías que gobierna el PP y que dinamitan el Estado de bienestar con bajadas de impuestos a las grandes fortunas pero que recortan derechos a la mayoría. En Madrid se dan becas a familias con ingresos hasta 180.000, pero faltan becas de comedor; se elimina el impuesto de patrimonio, pero es la autonomía que menos invierte por habitante y año en educación y sanidad que, además, va a parar a manos privadas con la fullería de las concertadas. ¿Es esa su igualdad? Eso sí que es plegarse a “los intereses de una élite política concreta”, los de la plutocracia.

    MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS

    Puigdemont y las campeonas del mundo

    Aunque este viejo Imperio no sea hoy más que un Reino herido de muerte porque aún viven los cadáveres que Franco le regaló para poder restaurarlo, ni el Rey ni sus gestores pueden soportar aún que alguien le ponga condiciones. Ser lo más en el mundo es uno de los pocos éxitos que permiten volver a soñar, y a lo bestia, con aquellas gestas imperiales. Lo demostró Rubiales con sus propios cojones en la mano. Pero ellas, sin excesos, están exigiendo prepagos, y eso es igual a España mordiendo el polvo. Eso jamás, aunque lo de Mohamed y los saharauis... “ya tal”. Atención, porque también una Marcha Verde precedió a unos cambios. En otro instante para la historia, a Puigdemont le bastaron unos minutos para ponerle precio a quien quiera gobernar el mismo Reino que a ellas presiona y a él y a muchos catalanes sigue persiguiendo. Desde entonces, él guarda silencio ante quienes le exigen que, a cambio, no rompa unas negociaciones que todo el mundo sabe que los del Reino nunca iniciarán. Cínicamente lo llaman “renunciar a la unilateralidad”, pero hace bien el catalán en seguir callado porque ellos deben demostrar antes que pueden derrotar al equipo formado por Feijóo y Felipe VI, una pareja súper peligrosa que podría intentar resistirse a lo de haber nacido muerta. Estoy revisando la cronología para comprobar si fue antes el huevo o la gallina y lo que me viene a la cabeza es una idea: si para negociar con el Reino se ponen de acuerdo Carles Puigdemont y las campeonas del mundo, de manera discreta como pide siempre el Gobierno, podrían librarnos de ese trasto tan inútil y molesto.

    DOMINGO SANZ

    Impunidad total en plena democracia

    Es importante que no siga existiendo el artículo que permite en nuestra Constitución de 1978 la inviabilidad del Rey Felipe VI porque le permite gozar de una impunidad total que, en una democracia como la española en el siglo XXI, no se entiende, estamos en 2023. Nuestro país ha alcanzado derechos y libertades en el ámbito de la mujer que podrían perderse, al igual que para las personas que no son heterosexuales, si el Rey Felipe VI ha pagado por sus amigos Saudí, que quieren desembarcar poco a poco en España haciéndose con el control de Telefónica, y ha ayudado por gente que está dispuesta a dar un golpe de estado porque quieren volver a vivir en una España como la que vivíamos con Franco, consiguen hacerse con el Gobierno de la nación. Podríamos encontrarnos en un país con una monarquía absolutista.

    AMELIA CEBALLOS MARTÍNEZ

    Los climaticidas nos atacan

    En los países con más peligro y conciencia, como España, más de la mitad de nuestra población pone el cambio climático como nuestra mayor amenaza, el tema más “caliente”. De ahí que se vaya rebelando contra ese uno por ciento que, por su explotación de recursos y ostentación personal, es culpable de la mitad de esa contaminación que producimos los ya más de 8.000 millones de personas que también vamos pesando mucho sobre los recursos de nuestro planeta. Ese uno por ciento, auténtico climaticida y homicida, intenta ahora amordazar a quienes denuncian sus estragos utilizando sus escasos pero espectaculares medios, en defensa propia y del 99% de los ciudadanos. De ahí que incluso en el antes sensato diario Le Monde francés hay ahora largos vos artículos contra “la tentación de sabotaje” de los ecologistas, que pintan coches que cuestan más de medio millón de euros, o yates y aviones privados, auténticos crímenes hoy ya contra la Tierra y la humanidad, monumentos a la ruina de la Tierra. En España el acoso es tal que los principales grupos ecologistas acaban de reclamar al Gobierno que pretende calificar como un tipo más de terrorismo sus espectaculares acciones para evitar el ya en parte actual desastre climático, para castigar brutalmente así a quienes, como la mayoría de la población, son conscientes de la urgente necesidad de un profundo cambio que hoy impide ese poderoso uno por ciento tan explotador de personas y recursos.

    E. NOVAS SOLER

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