Formación y autoridad

    22 jul 2025 / 09:17 H.
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    Creo mucho en las voces autorizadas de nuestros mayores. Casi nunca se equivocan con esa mochila repleta de experiencias y vida que atesoran. Hace unos días coincidí con Mateo, un señor muy lúcido, con una cabeza perfectamente amueblada pese a su avanzada edad, que me advertía de un problema serio, un problema que no acaba de solucionarse y que incluso es causante de muertes. Hablo de los patinetes. Ese juguetito que invade nuestras calles, nuestras aceras, que viene por dirección prohibida, que se cruza entre los coches y que se está convirtiendo en un peligro real para los viandantes. Mateo, de verbo fácil y con una memoria intachable, me relataba episodios sufridos con estas “ mobiletes”, como él las califica, y la falta de civismo de quienes las conducen, casi siempre sin escrúpulos ni interés por el bienestar ciudadano. Un día, harto de observar y padecer este desaguisado, preguntó a un Policía Local cómo podría denunciar las tropelías de estos vehículos. Sorpresivamente le invitaron a reunirse con asociaciones de vecinos para ejercer ese derecho. Mateo no vio claridad en este extremo y pese a varios intentos de denuncia, la respuesta fue nula y casi despreciativa allá por donde lo intentó.

    Probablemente haya una normativa al respecto, pero les aseguro que nada eficaz si pasamos por la entrada de Cortefiel, frente al McDonald’s, en pleno centro de Jaén. Se ha convertido en una parada improvisada de estos artefactos esperando pedidos de esta cadena alimenticia. Acumulación de repartidores que impiden el paso a los peatones y que nadie pone fin al descarado estacionamiento de unos patinetes, a veces trucados, que más bien parecen motos, y que cogen velocidades de vértigo esquivando a personas como si de bolos se tratara. Volviendo a Mateo, este señor ya no sabe qué hacer. Sale con miedo a la calle pendiente de esos rayos a batería y, sobre todo, de sus dueños, algunos de ellos Españoles, con poca educación que se le encaran sin pudor ni vergüenza cuando les pide apartar esos cacharros para poder caminar tranquilamente. En su nombre pido a las autoridades competentes un poco más de intención y cordura a la hora de manejar estas situaciones, y para ello existen dos palabras que se pueden extrapolar a cualquier situación de la vida. Formación y Autoridad, que no autoritarismo. Dos vocablos que Mateo resalta como una máxima para la normal convivencia.

    RAFAEL ORDÓÑEZ MARTÍNEZ

    El Papa se queja

    Por fin, cuando Israel ha atacado incluso hasta la única iglesia católica de Gaza, el nuevo Papa ha pedido a Netanyahu que deje de matar. Un milagro, después de tantas muertes ocurridas desde que está en el Vati-cano (bueno, ahora, de vacaciones en Castel Gandolfo) sin que este paciente León dijera nada cuando su presidente Trump se vistió de Papa, ni cuando empezó una guerra contra Siria que pudiera haber sido mundial. En paz descanse.

    MARTÍN SAGRERA CAPDEVILA

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