De otros héroes
Señor Director: El Diccionario de la RAE nos ofrece varias acepciones del término “héroe”: “Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes” y “El que lleva a cabo una acción heroica”. Si en la antigüedad fueron reflejadas en prototipos como Hércules, Aquiles, Eneas, etcétera, en el mundo actual de la ficción suelen ser detentados por el primer actor o por la primera actriz. Pero el mundo real y actual es mucho más extenso que el de la farándula, y la vida es más amplia y rica de lo que nos ofrece el cine, la televisión y demás, donde se siguen apasionadamente las cuitas positivas y negativas de numerosos personajes. Quisiera referirme y ensalzar la heroicidad de tantos hombres y mujeres, auténticos y sublimes protagonistas anónimos, pero ejemplares en su comportamiento: matrimonios, a veces con numerosos hijos, que no se divorcian, ni viven aventuras extras, ni roban, ni asesinan, ni.... Son simplemente familias que trabajan de manera ardua para educar a sus hijos y que viven honradamente, descansan algo los fines de semana y se toman una cerveza con auténtico disfrute..., pero lo importante y llamativo es que se sienten felices, muy felices. Es el valor y la grandeza de la vida corriente. Claro, esto no es noticiable, de primera página, ni de cabecera de telediarios; aunque, a decir verdad, convendría que lo fueran para aquietar los ánimos y descubrir a los lectores y espectadores, a la sociedad en general que lo, al parecer, cotidiano y sosegado, ordinario y habitual, puede gozar de una trascendencia suprema y, efectivamente, transformar lo sencillo e inadvertido en una suma de pequeñas heroicidades dignas de admiración: envidiables e imitables.
JUAN ANTONIO NARVÁEZ / Jaén
Los manifestantes y sus “padrinos”
No pudo finalizar de peor manera la Vuelta Ciclista a España. Era la crónica de un desastre anunciado. La ronda deportiva española se ha convertido en el escenario del campo de operaciones de la izquierda de este país. Los ciclistas se han visto desbordados ante el ciclón de la intolerancia que lleva en su ADN el social-comunismo.
El final de la última etapa de la vuelta ha sido vista en 179 países. Millones de espectadores de todo el mundo han sido testigos de una nación donde unos pocos han puesto de manifiesto su intransigencia, su fanatismo, pero sobre todo su odio hacia un país democrático como Israel por defenderse ante el terrorismo del grupo Hamás. Lo más lamentable de todo ello ha sido la falta de voluntad política en haber puesto los medios suficientes para que esto no ocurriera. Los mandos de las FSE sí fueron eficaces en montar un cordón de seguridad cuando la esposa del presidente del Gobierno fue a declarar a los juzgados. Nadie se abalanzó sobre ella ni la impidió acceder para poder declarar ante la Justicia. Tampoco los líderes de la oposición, Feijóo y Abascal, alentaron para impedir que Begoña Gómez acudiera al edificio de los juzgados donde estaba citada. Porque vivimos en un país democrático donde son los líderes de los partidos los que deben dar ejemplo de comportamiento. En este caso la derecha demostró que está a la altura de la democracia. Está a la altura y no incentivando comportamientos que pueden derivar en hechos como los ocurridos en el final de etapa de la ronda española.
Es lamentable, miserable, reprochable, condenable que desde la máxima responsabilidad del Gobierno como es la presidencia se haya alentado las manifestaciones violentas. Pedro Sánchez ha jaleado a los manifestantes en el transcurso de la ronda ciclista y el resultado está ahí. Solo espero que la Justicia haga su trabajo. Porque la labor de los “terroristas” anti deportivos ya está ejecutada. Aunque la máxima responsabilidad de todo ello han sido los inductores. Sánchez, Belarra, Montero, Albares... En resumen, los que forman parte del pelotón de la decadencia de la izquierda.
FERNANDO CUESTA GARRIDO
El pregonero de Jamilena
Las fiestas patronales en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Jamilena comenzaron el pasado viernes con el encendido del extraordinario alumbrado de las calles y del recinto ferial, a cargo del alcalde, Tomás Liébana Liébana. Acto seguido, en el auditorio Miguel Ángel Colmenero, se celebró la coronación de la Reina de las Fiestas, así como de Miss y Míster Infantil 2025. En este mismo escenario tuvo lugar el pregón de la Feria y Fiestas 2025. Una vez finalizada la intervención del pregonero, la comitiva se trasladó al campo municipal de esta villa del área metropolitana de Jaén para disfrutar de los fuegos piromusicales, considerados tradicionalmente como uno de los espectáculos pirotécnicos más bellos de la comarca. Desde estas líneas me gustaría destacar el pregón pronunciado por mi paisano Ángel Cazalla Checa, un joven profesor de francés destinado en tierras malagueñas que supo emocionar y hacer vibrar al público que abarrotaba el auditorio jamilenudo. En su discurso habló de sus vivencias de la niñez en el pueblo, de sus padres y familiares y, cómo no, de su profundo arraigo en la fe y devoción al lienzo sagrado de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
El pregonero estuvo acompañado por la viola de María Checa, lo que dio aún mayor solemnidad a la ceremonia. Fue, sin duda alguna, uno de esos pregones que dejan huella en el corazón y en la memoria, un recuerdo difícil de olvidar. El emotivo acto concluyó con la interpretación del himno de Jamilena a cargo de la Banda de Música Miguel Ángel Colmenero. Y, como no podía ser de otra manera, Diario JAÉN estuvo presente para retransmitirlo en directo. ¡No se lo pierdan!
JUAN LIÉBANA/ Jaén
Un siglo herido
El siglo XXI, en su primer cuarto, no está teniendo un comienzo saludable. Más de mil millones de personas en el mundo padecen problemas de salud mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y los jóvenes cargan con un sufrimiento que ha borrado la clásica “curva de la infelicidad”: la tristeza ya no se concentra en la madurez, sino que golpea desde los veinte años. No es la primera vez que la humanidad tropieza al arrancar un siglo. El XX comenzó con guerras mundiales y pandemias; el XIX, con revoluciones que sacudieron el orden social, el XVIII, con hambrunas y absolutismos que ahogaban a los pueblos. Siempre, en los umbrales de cada época, emergieron heridas profundas que marcaron generaciones enteras. La diferencia es que hoy, pese al progreso material y tecnológico, la batalla se libra en lo más íntimo: la mente. Nunca habíamos tenido tantos avances, tanta conectividad, tanta información... y sin embargo, crece el vacío interior, la soledad y la angustia. El reto de nuestro tiempo no está solo en la economía o la geopolítica, sino en garantizar el bienestar emocional y social de millones de personas, empezando por los jóvenes. Si no lo hacemos, este siglo quedará definido no por sus logros, sino por la incapacidad de cuidar lo más humano: la salud de nuestra mente.
PEDRO MARÍN USÓN