Comparaciones cotidianas
A veces me hace gracia, cuando en una conversación, cualquiera puede salir con un dicho equiparándolo con lo que sea, y he de reconocer que somos observadores sea de algo animado o estático. Las comparaciones como yo las llamo, a veces se refiere a; un animal, herramienta, elemento de cocina o cualquier otra cosa de lo más inverosímil e inimaginable.
“Eres más perro que la chaquete un guardia”, o sea vago, holgazán en otras palabras. “Ves menos que un gato yeso”, es normal, lo que ven son los de carne y hueso. “Estás más sordo que una tapia”. Evidentemente, las tapias nunca han tenido oídos ni ojos para ver. “Estás como una regadera”. Se refiere loco, chiflado, tarado (no sé por qué una regadera está loca.) “Estás más loco que unas tenazas”. Ídem de lo mismo. La reflexión es igual a la anterior. “Estas más despistado que una gallina en un baile”. Normal, como que las gallinas no bailan, sólo cacarean. “Eres más pobre que las ratas”. Lógico. Las ratas viven en los lugares menos higiénicos, como estercoleros. “Eres más viejo que el parón la vía”. Esto no lo entiendo, aunque es de suponer que el “parón” lleva ahí toda una vida. “Eres más sin gracia que un marrano en brazos”. Tiene toda la razón del mundo, un cerdito no agradece cuando se coge en brazos. “Eres más ganso que un collar de melones”. Nunca he visto un collar con semejante magnitud y menos de melones. “Vas pasar más hambre que un caracol en un espejo”. Como que en un espejo no es un lugar idóneo para un caracol y menos para buscar alimento. “Tienes menos giro que una cuchara de palo”. Doy fe de ello, la cuchara de palo no sirve para comer, y menos para tener prisa. “Tienes más cara que un saco muñecas”. Según como sea el saco y el tamaño de las muñecas. “Estoy más quemado que los palillos de un churrero”. Una observación muy acertada, los palos de madera que utilizan los churreros por la punta suelen estar quemados por el uso. “Tienes menos sesos que un mosquito”. Si nos fijamos el mosquito que apenas se ve de lo diminuto que es, si tiene sesos que no creo, no pesa ni un miligramo. Así es alguien que actúa sin pensarlo dos veces. “Eres más lento que el caballo el malo”. Como que en las películas el malo siempre pierde y acaba mal por sus fechorías, y el bueno siempre llega a tiempo, nunca se retrasa. “Estás más parado que el caballo un retratista”. El caballo al que se cita era de cartón y como es normal su naturaleza no es carnal. Estos caballos han desaparecido en la feria de los pueblos. Ahora cualquiera tiene una máquina de fotos. “Eres más pesado que una vaca en brazos”. Vaya que sí. Aunque este dicho, puede tener otro sentido, como molestar, cansino, fastidiar, aburrir y similares. “Eres más pesado que las moscas”. Muy cierto, son aquellas personas que actúan con bastante reiteración, puede ser por su conversación que siempre es igual, no por su peso. “Eres más raro que un perro verde”. ¿Un perro verde? ¿Existen perros verdes? No, por eso mismo, por eso es raro.
No paro de sorprenderme de cómo interpretamos todo aquello que se mueva o no. Me hace mucha gracia, cuando en cualquier momento, sin esperarlo alguien lo suelta sin más. Cada día aparecen nuevas comparaciones del ser humano de lo que sea. Los humoristas televisivos hacen gala de ello en muchas ocasiones. Existen muchos más que puede ser simpáticos, agradables, insípidos, groseros, tontos y sin sentido, hay una gran amalgama que no cito. Seguro que usted que lee esto sabe más, no lo dudo.