Camposanto encementado

    22 oct 2021 / 15:00 H.
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    Con lo que se denominó “el milagro económico español” (1959-1974), los españoles empezamos a entrar en la sociedad de consumo y tuvimos acceso a productos nuevos y desconocidos para nosotros. Entre estos, la formica, símbolo y manifestación de una economía doméstica saneada y moderna. Por eso, mucha gente de los pueblos reemplazó las robustas mesas de roble o de castaño por las enclenques de formica con patas metálicas o las recubrieron de este nuevo material. Lo mismo sucedió, por citar otro ejemplo, con las fachadas de piedra de las casas, que fueron revocadas y pintadas para esconder la humilde y austera piedra, símbolo de rusticidad y de pobreza. Todo para dar una imagen de modernidad y de holgura económica. Hoy pasa lo contrario: se han recuperado los muebles de madera y se están desvistiendo las fachadas para poner en valor tanto la madera como la piedra. Estos cambios demuestran, como dijo el diseñador de interiores, el belga Axel Vervoordt, que “nada pasa de moda tan rápido como la moda”. He traído a colación estos comportamientos provocados por el “milagro económico español” para referirme a algo muy similar, que ha acaecido, este verano, en el camposanto o cementerio de Almagarinos (pedanía del ayuntamiento de Igüeña, Bierzo Alto), sito en el teso el Argatón. A primeros de agosto de este 2021, una compañía eléctrica hizo obras en Almagarinos. Y como le sobró hormigón, la autoridad municipal competente tuvo la nefasta idea de echar o, más bien, tirar el mortero sobrante
    en el camposanto o cementerio, convirtiendo una parte del mismo en un “camposanto encementado”. Lo sucedido en el camposanto de Almagarinos denota que el promotor y responsable municipal de tan descabellada idea y de tan desaguisada acción ha creído y cree que el término “cementerio” está relacionado con “cemento” y que un buen cementerio es un cementerio encementado. Ante los hechos narrados, los de la casta política de alta cuna o de baja cama deberían ver, oír y reflexionar dos veces no solo antes de hacer propuestas y de tomar decisiones sino, también y sobre todo, antes de ejecutarlas. MANUEL CABEZAS

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