Bomberos en Bedmar
Una buena noticia para la comarca de Sierra Mágina. Recientemente se han llevado a cabo los exámenes para acceder a las 16 plazas públicas con el fin de poner en marcha el Parque de Bomberos de la localidad de Bedmar. Dicho concurso-oposición se celebró en la Universidad de Jaén (UJA). Es un proyecto que llega de la mano del Ayuntamiento bedmareño, que ha aportado los terrenos, y de la financiación de dos millones de euros por parte de la Diputación Provincial de Jaén. Bien es cierto que el aumento de los servicios públicos en la Jaén rural contribuye a que la población se afiance en sus pueblos. Es evidente que, una vez que este parque de bomberos comience su actividad, ofrecerá a toda la comarca una mayor protección y rapidez ante percances. Este servicio de prevención, extinción de incendios y salvamento se suma a los ya existentes en la geografía provincial, como los de Andújar, Alcalá la Real, Jaén, La Carolina, Linares, Orcera, Martos y Úbeda, sin olvidar el gran número de consistorios que cuentan con autobombas para incendios, como Siles o Torredelcampo, entre otros municipios. Hay que resaltar también los servicios que prestan las agrupaciones de Protección Civil, como las de Lopera, Jódar o Bailén. En definitiva, nuestra tierra ofrece a la ciudadanía cada vez más cobertura en lo que se refiere a la protección de las personas y los bienes.
JUAN LIÉBANA / JAÉN
Barra libre a la EPOC
La UE pretende que sigan circulando motores de gasolina y diésel más allá de 2035. La claudicación ante el lobby automovilístico, petrolero y al PP —seguid votándoles— Europeo es una traición sangrante a la salud de su ciudadanía. Esta claudicación política no es un detalle técnico: es una sentencia contra la salud pública. La contaminación del aire por partículas finas y dióxido de nitrógeno, producida principalmente por los coches de combustión, causa más de 250.000 muertes prematuras al año en la UE, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, y sigue siendo el principal riesgo medioambiental para la salud humana.
Estas partículas penetran en los pulmones y pasan al torrente sanguíneo, aumentando drásticamente el riesgo de EPOC, cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, ictus, demencia y complicaciones en el embarazo. Ya, el 95% de la población que vive en ciudades europeas respira aire con niveles de contaminación muy por encima de lo recomendado por la OMS. No inspiramos aire, respiramos muerte. La UE no solo está vendiendo nuestro bienestar a los negacionistas, sino que está hipotecando la salud pública y el futuro de nuestros pequeños, porque a todo ello hay que añadir la emergencia climática. Esta política renuncia a proteger vidas, favorece la enfermedad crónica mientras fortalece las industrias obsoletas de ricos que deberían haber sido relegadas a los libros de historia.
MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON / MADRID
