Ambigüedades del Papa

    14 may 2022 / 16:00 H.
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    Con ese título, Le Monde acaba de publicar un artículo de C. Chambraud, con citas de Francisco, que el 3 de mayo, a la pregunta de si es justo dar armas a Ucrania contra la agresión, ha dicho nada menos que “No sé cómo responder”. Sin entrar a juzgar su reacción personal, de quien tendría de suyo que dar pautas concretas de actuación, ya sus declaraciones anteriores muestran la complejidad del tema, sobre lo que todos —incluso laicos— deberíamos reflexionar y, a nuestro nivel, actuar. Desde el principio, Francisco condenó la guerra, reclamó parar los combates, pidió no echar toda la culpa a Putin y denunció como provocadores “los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia”. Después renunció a su iniciativa de una meditación conjunta de una rusa y una ucraniana, ya que los ucranianos interpretaron que equiparaba sus responsabilidades con las rusas. También, como ya en otras ocasiones, tras las nuevas armas nucleares, se negó a utilizar el antiguo concepto de “guerra justa”, que exigiría “unas oportunidades serias de éxito” y de “no provocar males mayores”. Ojalá estos datos nos ayuden a enfocar mejor nuestra tan urgente y necesaria, —incluso para nosotros mismos, moral, política y económicamente—, actuación ante esa guerra.

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