Crisis matrimonial

    04 mar 2017 / 17:24 H.

    En los casos en que una pareja no tiene hijos, la sociedad acepta mejor la situación de un divorcio, pero las cosas se complican cuando hay niños de por medio, frutos de la relación que está a punto de acabarse. La fidelidad —no solo en una pareja— es en muchas ocasiones cuestión de ética, un “don” especial que en la mayoría de los casos solidifica y magnifica nuestro mundo interior, y es que muchos somos más felices cuando somos leales a nuestros principios. Todos nos motivamos por deseos, diferentes, en todos los casos. Deseos de amor, de sexo, de amistad, de poder, de trabajo...La infidelidad, en contraposición, solo se resuelve de una manera, enfrentándonos a ella. Y es que responder con otra infidelidad, por despecho como comúnmente se suele llamar a este tipo de actos, es crear lazos con otras personas a las que se le puede herir sin que tengan nada que ver. La violencia a la persona infiel es nefasto tanto para uno, como para otro, no sirve de nada. Una de las peores traiciones que enfrenta a cualquier pareja es, por norma general, la infidelidad. Siempre se ha pensado que el infiel es el culpable, sin embargo, la infidelidad por lo que yo he vivido tan solo es el resultado de una “gran” crisis de pareja y esta no es solo sexual.