Brutalidad

    27 sep 2020 / 16:22 H.
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    En este mes de septiembre, para los padres y madres sigue siendo una preocupación especial la vuelta de sus hijos al cole y aún más con esta pandemia que nos tiene “encogidos”. Los interrogantes y las incógnitas aunque son los de cada año siempre tienen un matiz especial. El niño o la niña han crecido y con él, o ella, han crecido también las inquietudes de sus progenitores. No cabe duda que además este año, dada la insistencia perniciosa del coronavirus, como hemos dicho, la cosa se ha complicado y bastante. De todas formas las preocupaciones que más calado tienen entre los padres son: los compañeros que tendrán sus hijos y con los que ellos libremente se juntaran; el acoso escolar, tan temido en estos tiempos por las graves y nefastas derivaciones que trae consigo además a través de las redes sociales; la empatía con los profesores que le impartirán clase; el rendimiento escolar de sus hijos; las cuestiones o actividades a las que dedicarán su tiempo libre; sus comportamientos en el aula, en el colegio o instituto, y en la calle; el uso correcto o incorrecto de las nuevas tecnologías, incluida la basura de la red: pornografía, violencia, malas amistades. También hay preocupación de si los niños se dedicarán a lo que tienen que hacer en las clases y en sus horas de estudio o estarán continuamente en las nubes, perdidos en su feliz nirvana. Todo esto son cuestiones a resolver cada año, por tanto hay que estar alerta y muy pendientes. Los padres y las madres son los que prioritariamente tienen que velar por sus hijos, y tienen que estar coordinados con los profesores para llevar a efecto esta labor. También es bueno que conozcan a los compañeros de sus hijos/as: quienes son, en dónde y cómo se desenvuelven, cuáles son sus hobbies y prioridades, a qué dedican su tiempo.... Y por supuesto muy pendientes todos de la pandemia, ese minúsculo —pero feroz “bicho”— que quiere atraparnos con la vileza más traidora. Y para terminar enfrentarse audazmente a las descabelladas y tristes frases de la ministra Celaá: “Los hijos no pertenecen a los padres”. Eso huele al ideario comunista, una perniciosa pandemia que aunque fue aniquiladora todavía vive en las mentes de funestos “camaradas” de inteligencia cero y talento negativo.

    No se entiende la actuación de las Fuerzas de Orden Público ante la Asamblea de Madrid, recuerdo meses atrás en Salamanca cuando estaba en vigencia el Confinamiento total, ese barrio salió a la calle sin más, sin respetar medidas de aislamiento, muchos sin mascarillas para pedir de forma eufemística, libertad, la libertad del dictador, despreciando la “Libertad de la clase menos favorecida”, y miembros de las Fuerzas de Orden Público actuaron pasivamente durante dichas manifestaciones deambulando entre ellos, sin detener a nadie a pesar de estar prohibida las concentraciones. Sin embargo, la brutalidad exhibida en la Asamblea de Madrid contra personas que reclamaban aperturas de la Atención Primaria, médicos, rastreadores, reforzar flota de autobuses y vagones de Metro para poder ir a trabajar con las medidas de separación que se debe de cumplir para evitar contagios, ahí, actuaron de forma brutal aporreando a diestro y siniestro sin consideración, como si fuesen los hijos de aquellos grises de los 60 o 70. ¿Quiénes y qué les enseñan en las Academias de Policías en vista de lo acontecido?, supongamos que son unos mandados y actúan por «obediencia debida», soy generoso verdad. Pero me asalta una duda, esos miembros de la F.O.P. seguramente son personas que proceden de la clase obrera, la gran mayoría con la ESO o estudios primarios, pocos con superiores, son hijos del «tío Paco», de Luis el albañil, de María la costurera, de Antonio el ferrallista..., no de D. Cayetano, D. Germán el notario, Doña Fina la mujer de Constructor... ¿Les enseñan a odiar a su propia gente? odiar a aquellos que se parecen a sus progenitores, los que se sacrificaron lo indecible para sacarlos adelante con varios trabajos miserables y muchas horas, esos que se encuentran hacinados en sus casas, sin la atención médica habitual, sin poder salir porque los tienen confinados, mientras otros de distintos barrios campan a sus anchas, tienen médicos y clínica privadas, siendo los primeros en ser atendidos en caso de emergencia, a diferencia de los habitantes de Usera, Vallecas, Fuenlabrada, Parla..., mientras los responsables de su Comunidad gastan dinero público entre sus amigos, posiblemente uno de ellos sea el constructor marido de Doña Fina, en lugar de contratar a todos los sanitarios, médicos, limpiadores que expulsó al cesar el Estado de Alarma, no reforzando la Sanidad Pública, dado que su pretensión es privatizarla, incluso hay un Hospital de los Reyes con un ala cerrada, es increíble. He narrado mi pensamiento sobre los miembros de las Fuerzas del Orden Público, como dirían los creyentes, de forma cristiana. Pero dejémonos de gilipolleces la rabia que siento ante esa forma de actuar de los aporreadores no hay palabra para describirla, vuelvo a como hacen los católicos, interpretando la Biblia, en este caso actúan como dice Mateo el Evangelista, Judas se dirigió a los sumos sacerdotes y por 30 monedas de plata entregó a su Maestro. En este caso fue al revés, “la sumo sacerdote de Madrid”, rebajó 2€ a todos los hijos de las Fuerzas del Orden Público que comiesen en los comedores de los Colegios, amén de otras prerrogativas que estarán en la letra pequeña supongo. Establezcamos analogías entre ambas fechas, año 33 y año 2020.

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