Conversión de musulmanes

    08 jun 2016 / 18:00 H.

    He leído recientemente que desde 1960 se han convertido al cristianismo 10 millones de musulmanes. También he tenido la oportunidad de ver la película “El apóstol”, que narra la conversión de un joven musulmán, que vive en Francia, y ha de luchar contra su familia, que espera de él un futuro imán. Por otra parte se han publicado últimamente informaciones sólidas que contradicen la impresión popular de la dificultad de pasar del islam al cristianismo, y no se refieren solo a los musulmanes refugiados en occidente como consecuencia de los conflictos en Oriente Medio. Más problemáticas son las conversiones en los Estados islámicos: esa decisión personal está sancionada con graves penas, que pueden llegar a la ejecución. Los sociólogos de la religión indagan acerca de las razones de ese fenómeno. La causa habría que buscarla en la reacción de fieles que buscan respuestas a su inquietud personal en confesiones distintas a un islam cada vez más represivo. Desde luego, las nuevas tecnologías ayudan a los refugiados a conocer mejor a Jesucristo: iglesias evangélicas y católicas utilizan servicios de SMS o telefónicos para proporcionar información a los inmigrantes en idiomas árabe y persa. Una emisión de la televisión cristiana del norte de África, dirigida por un marroquí converso del islam, hijo de un imán, explica que durante su programa se cuentan historias de exmusulmanes, y se reciben llamadas de personas convertidas o en vía de conversión gracias a esas transmisiones. Son jordanos, egipcios, tunecinos, marroquíes, pero también franceses. El director del programa recuerda la historia de un marroquí converso —sacerdote tiempo después—, cuya familia celebró un funeral con un ataúd vacío. En cualquier caso, la ley islámica de varios países de Oriente Medio viola la libertad religiosa: el converso es desheredado, y puede ser condenado a varios años de cárcel e, incluso, a muerte.