A golpe de clic
El mundo digital se ha instalado definitivamente en nuestras vidas. Los dispositivos electrónicos están presentes en casi todas nuestras actividades: en las relaciones personales, en el trabajo, en los trámites con la administración o en los encuentros sociales. Mires donde mires, nos movemos a golpe de clic. La potencia y velocidad de los chips que incorporan estos aparatos no deja de crecer, y con ellos los sistemas de comunicación, que ya anuncian la llegada del 6G. Sin embargo, mientras la tecnología avanza sin freno, nuestra mente sigue funcionando con los mismos ritmos de siempre. No contamos con un “sistema de actualización” que nos permita adaptarnos al ritmo vertiginoso de las herramientas que utilizamos, y a menudo caemos en el error de actuar con la misma inmediatez que ellas nos exigen, sin darnos tiempo para pensar o responder con calma. En las escuelas se ha optado por prohibir el uso del móvil en las aulas. Pero nadie enseña a los estudiantes a gestionar su tiempo, su atención o sus impulsos cuando tienen un dispositivo entre las manos. De este modo, repetimos con ellos el mismo error que cometimos los adultos, que tuvimos que aprender —a menudo tarde y mal— a base de clics y equivocaciones. ¿Tomarán nota los educadores y las instituciones educativas de esta carencia tan importante? Porque la alfabetización digital no consiste solo en saber usar un dispositivo, sino en aprender a convivir con él sin perder lo que nos hace humanos: el tiempo para pensar.
PEDRO MARÍN USÓN
La rotonda del Jaén Plaza: un colapso diario
En la contraportada de este pasado domingo, en la sección “En voz alta” de nuestro querido Diario JAÉN, se ponía el acento en la rotonda del Plaza, ubicada entre el nuevo centro comercial capitalino, la Universidad de Jaén (UJA) y el Carrefour. Efectivamente, es un verdadero calvario para los conductores que transitan a diario por esta zona de Jaén. El titular de dicha sección no podía ser más acertado: “Tenemos una nueva ratonera”. La vía de comunicación, si entras desde la autovía de Granada, es un colapso total antes del mediodía y cuando va finalizando la tarde. Es decir, colas y más colas. Naturalmente, la paciencia de los automovilistas que circulan por este tramo tiene que ser más que infinita. De las 80.000 rotondas que se calcula que hay en el territorio nacional, podemos afirmar que esta podría ser una de las más problemáticas. Las glorietas son un tipo de intersección en la que se producen cada año más de 10.000 accidentes con víctimas en España, según datos de la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Otro de los mayores problemas que presenta la rotonda del Plaza es el elevado número de siniestros que se producen casi a diario. En este caso, los culpables sí son los conductores que, a pesar de encontrarse en posesión del permiso de conducción, aún no han aprendido a salir de una rotonda. Hay que salir siempre desde el carril derecho y no cruzarse para abandonar la glorieta. Conviene recordar que la salida desde el interior de una rotonda puede acarrear una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del carné de conducir, puesto que se considera una conducción temeraria.
Por cierto, el paso de peatones que hay en las inmediaciones de la rotonda del Plaza debería haber sido subterráneo para darle mayor fluidez al tráfico. En definitiva, la autoridad competente debería tomar nota con el fin de evitar ese tapón circulatorio.
JUAN LIÉBANA / Jaén
Cincuenta años sin dictador
Hoy blanquean la dictadura quienes no la vivieron. Franco, golpista contra un gobierno democrático, inició una guerra civil. Por tanto, fue culpable del asesinato de cientos de miles de españoles. Al finalizar la guerra, y con absoluto desprecio a los derechos humanos, instauró una dictadura férrea y unipersonal y emprendió una política de detenciones y ejecuciones, cosificó a la mujer, les robó bebés recién nacidos y menores y prolongó la brutal represión 36 años más acallando, por medio del crimen y el terror, cualquier tipo de disidencia. Hizo de España un país tenebroso donde, además, la corrupción carcomía sus instituciones.
La disidencia, que la hubo desde el primer instante, fue ahogada y torturada en el silencio impuesto de las cárceles y asesinada en la tranquilidad sepulcral de los cementerios, lugares donde fueron a parar muchos de aquellos valientes luchadores por la libertad. Sí, es verdad y duele que el miserable y despiadado dictador muriese en la cama; pero no es menos cierto que la dictadura fue definitivamente liquidada por las mareas ciudadanas en calles, fábricas, universidades, centros laborales... La Transición no fue pacífica. Ansiábamos libertad y ruptura con el régimen. Logramos la libertad a costa de los que se quedaron por el camino en crímenes de Estado silenciados. No logramos la ruptura. La Transición fue cuanto pudimos obtener bajo la atenta mirada de los militares aferrados al poder para mantener privilegios feudales y satisfacer su codicia y opulencia. En ningún caso fue un regalo del monarca.
Los que estaban en el poder, sin la lucha del pueblo, poco o nada hubieran cambiado. Fue nuestra conquista; la conquista de gente sencilla que iniciamos hace 50 años. Esa conquista, hoy, está en peligro. El fascismo resurge, amparado en la desmemoria y las mentiras. Por eso hay que decirlo sin ambages: Franco fue un dictador criminal, y quienes lo reivindican o justifican no merecen respeto ni espacio. La libertad no se hereda: se conquista día a día.
MIGUEL FERNÁNDEZ-PALACIOS GORDON
Agradecimiento
Antes de nada, quiero agradecer personalmente a “mi” Diario JAÉN por darme esta bonita oportunidad de hacerme eco de lo ocurrido a este humilde servidor que escribe en estas líneas. El pasado domingo 19 de octubre tuve una caída accidental en plena Sierra Morena, concretamente en el paraje de Zozueca, dentro del término municipal de Bailén. Al principio parecía no tener importancia, pero al llegar a mi casa me tumbé en el sofá y me di cuenta de que algo no iba bien. Decidí yo mismo llamar al 061, le conté lo ocurrido y me dijeron que no me moviera hasta la llegada de una ambulancia. Ya en el Hospital San Agustín de Linares, me hicieron unas placas con el resultado de fractura en una vértebra y la carne, desprendida. Sirvan estas líneas para agradecer el trato recibido hacia mi persona, desde el conductor de la ambulancia, celadores, enfermeras, traumatólogo y demás profesionales de este centro hospitalario. Hace unos días tuve que ir al hospital por la misma dolencia.
Y más de lo mismo. Me quedé gratamente sorprendido por el trabajo recibido y el cariño que ponen en los pacientes, a pesar de los medios que disponen en cuanto a recursos y personal. Para terminar quiero decir que la Sanidad Pública goza de buena salud. Gracias.
JUAN ÁNGEL ALONSO RUSILLO / BAILÉN