Yo creo en la justicia
Creo en la Justicia, a la que he dedicado más de 50 años impetrándola para mis clientes, y creo en los jueces, que la sirven no siempre en las mejores condiciones; incluso en los que no me daban la razón. Por ello me apenan los injustos ataques interesados de que son objeto y las pretensiones de volcar su balanza desde otros poderes del Estado. Tiene sus ovejas negras, por fortuna pocas, que hacen mucho ruido y poco bien y sus defectos, no hay duda: es lenta porque va por sus cauces y muchas veces carece de medios suficientes porque se los regatean quienes están obligados a dotarla de ellos. El respeto al Poder Judicial —cada uno de los jueces y Tribunales cuando dictan sentencia— es imprescindible en el Estado de Derecho. Me entristece y desazona que el Presidente del Gobierno interfiera en pleno juicio a “su” Fiscal General, proclamando paladinamente su inocencia —ni siquiera presunta— tirando por la calle de en medio. Serán siete jueces valorando en conciencia las pruebas quienes dicten la sentencia y hagan justicia. Esa es la garantía, como lo es el derecho de defensa y el secreto profesional del abogado, precisamente los que han sido atacados por el acusado Álvaro García Ortiz.