Voluntad de ser

    04 abr 2021 / 13:54 H.
    Ver comentarios

    Kintsugi, o carpintería dorada, es un arte tradicional japonés por el que se toma una pieza de cerámica rota y, en lugar de usar un adhesivo que disimule la fractura, se emplea un esmalte con oro, plata o platino para unir las piezas. Sería el equivalente a abrirnos una brecha en la frente y que el doctor nos cosiera con un hilo dorado que nos recordase siempre el día en que íbamos con demasiada prisa bajando las escaleras. Sin embargo, es una técnica que nos transmite algo importante: podemos ocultar nuestras heridas como si nunca hubiesen existido o podemos aceptar lo que nos ha hecho daño como el que le da una nueva vida a ese jarrón que se cayó. Cuando perdemos a alguien que queremos, nos cuesta aceptar tener que vivir con el dolor y decimos que algo de nosotros se ha ido con esa persona. Renacemos durante muchos momentos de nuestra vida, posiblemente en todos aquellos en los que nos preguntamos qué habría sido de nosotros si ésta o aquella cosa no hubiesen ocurrido de la forma en que lo hicieron. Para resucitar y vivir con plenitud se requiere tener la inquebrantable fe en que nuestras partes siempre van a formar un todo.

    Articulistas