Violencia gratuita

    11 abr 2021 / 12:44 H.
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    Sálvame es un programa que trata temas importantes, la familia, las relaciones y roces sociales, pero que lo hace desde un punto de vista errado, primero, porque mercantiliza los sentimientos propios y ajenos y, segundo, porque sus colaboradores tienen una formación nula, esto les emparenta con mucha gente que los ve, y que pueden sentir que todos tenemos opinión, aunque no conozcamos las circunstancias. El problema aumenta cuando, como en el caso de Rocío Carrasco, la violencia es ejercida de manera continuada por uno de esos opinólogos contra su exmujer se saca del contexto en que se produce, la España del pelotazo, que niega la educación, el esfuerzo y la correcta relación ciudadana, incluso de la constante banalización de la violencia contra las mujeres, para llevárselo al terreno del espectáculo, de la trivialización y el famoseo. Por lo tanto, tenemos que pedir justicia para esta mujer, pero también, entender que la cadena que emite esto tiene una parte muy importante de la culpa, que ahora no puede ni blanquear, ni derivar; y que lo lógico es el cierre de todos estos programas al estilo Sálvame, las islas varias, las casas del Gran Hermano y los viceversas, que justifican, cuando no generan, la violencia de género y la falta de educación como única manera de ganar dinero. Si no hace esto, lo de Rocio no será sino más de lo mismo.

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